"Boa noite; é un pracer estar aquí". Así se presentó ayer la escritora y filósofa Elsa Punset ante los más de 300 asistentes a la gala de premios Ardán a la excelencia empresarial, organizada por la Zona Franca de Vigo en el auditorio de Afundación. Usó el gallego para abrir su intervención y no fue casualidad. "Es fundamental para nuestro cerebro reconocernos los unos a los otros; el indicador más importante es el cariño de los demás, sirve para superar obstáculos", destacó antes de poner el foco en la necesidad de aprender a gestionar el miedo y a vencer al fracaso para alcanzar el éxito y no reprimir la creatividad y la curiosidad. "Se debe trabajar la mentalidad de crecimiento: desarrollar el talento con trabajo duro, buenas estrategias y ayuda de los demás; también se puede fomentar con halagos", recetó.

En este camino hacia el triunfo, Elsa Punset recomendó ejercitar la capacidad de "autocontrol" y el manejo de las emociones para potenciar las probabilidades de consumar los objetivos. Para ello, desveló ante la atenta presencia del público, al que hizo participar en numerosas ocasiones, las cinco técnicas de las personas "más exitosas": "Dividir la meta final en submetas, no perder de vista la meta final, recompensarse por cada submeta alcanzada, escribir el sueño final y contar los planes", enumeró, a la vez que puso el acento en evitar ser esclavos de nuestro cerebro, al que "le importa muchísimo el miedo". "Tenemos un sesgo negativo: recordamos mejor lo malo porque estamos programados para sobrevivir, por eso es tan importante saber gestionar el miedo", explicó.

Para ilustrar hasta qué punto el cerebro nos domina, Elsa Punset nombró varios "sesgos cognitivos", que son "atajos" de nuestra cabeza para "inventarse la realidad" con el último fin de la "supervivencia". "Al pensar diferente, se activa la misma parte del cerebro que cuando nos equivocamos. La presión social tiene un efecto muy grande, sobre todo, en los jóvenes", destacó. La creencia de que los antipáticos son más inteligentes o la tendencia a ser edadista, esto es, a creer que hay unas edades determinadas para ser mejores en algunas tareas, entran en este grupo.

La escritora invitada a la ceremonia de Zona Franca logró levantar de sus butacas a los asistentes para poner en práctica lo que ella define como "poses poderosas". Se trata de pistas para crear emociones positivas, gestar la creatividad y evitar que el cerebro "se coma la alegría". "Al sonreír, aunque no tengamos ganas, producimos una química positiva en el cerebro. Cuando adoptamos una pose poderosa, como abrir los brazos, generamos más sensaciones de autoestima. Así de sensible es el cuerpo humano", confesó.

La directora de Recursos Humanos de Akwel Vigo Spain, Beatriz Coedo, que habló en representación de las empresas premiadas, manifestó la exigencia de prestar todos los esfuerzos para lograr la igualdad de género en las plantillas y expuso la "confianza" como uno de los valores fundamentales para obtener la excelencia.