El misterio de la potente explosión en O Berbés
La Guardia Civil investiga las causas del intenso estallido que hizo vibrar hasta el edificio portuario Virxe do Carme
Buceadores del GEAS de la Guardia Civil ayer tras rastrear el fondo de la dársena 3 de O Berbés / A. O.
Pasaban veinticinco minutos de las dos de la tarde del pasado lunes cuando esta trabajadora, al igual que la mayoría de quienes se encontraban en ese momento en el edificio portuario Virxe do Carme de O Berbés, escuchó la fuerte explosión que hizo tambalear el mobiliario de sus oficinas. Impactados por el estruendo, lo primero que se les pasó por la cabeza atribuía su procedencia a una bombona de gas. Pero bastó con que se asomaran a la ventana para descartar esta teoría porque lo que vieron desde las plantas superiores de este edificio así como del contiguo parecía, en palabras de varios testigos, “un géiser impulsado desde el fondo que abombaba la superficie”.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer qué pudo provocar una deflagración de una intensidad tan fuerte en el puerto pesquero vigués. Desde hace unos días que analiza las imágenes captadas por las cámaras portuarias que enfocan directamente hacia la dársena número 3. Con cuatro metros de profundidad, es una zona de amarre empleada con frecuencia por barcos del Gran Sol y palangreros para estancias cortas, sobre todo de avituallamiento. Quienes han visualizado estos vídeos aseguran que se aprecia “con gran nitidez” el surgimiento de una onda expansiva con epicentro entre dos buques, entre ellos, el luso Mar Portugués, y la “enorme” espumadera que generó “visible durante varios minutos”. A la presencia de estos dos barcos se refieren al incidir en el escenario peligroso de este suceso por la posibilidad, nada descabellada, de que la explosión pudiera haber agrietado los cascos de los pesqueros. De hecho en la Autoridad Portuaria no descartan daños en el estructura de este muelle.
«¿Qué si se sintió aquí? ¡Se me levantó hasta la silla!»
Pese a su alto valor descriptivo, de poco sirven estas imágenes para determinar con exactitud al elemento causante de la deflagración. De hecho, ante la falta de pruebas que sustenten una en concreto para la Guardia Civil “todas están abiertas”, entre las que se incluiría la dinamita. Prohibida a bordo, en ocasiones algunos barcos tienen la tentación de emplearla en sus capturas, como reveló la Operación Abuelo desarrollada por la Benemérita en 2010. Con más de una decena de detenidos, esta investigación descubrió lo extendida que estaba esta práctica ilegal tan nociva para los ecosistemas y hasta localizó varios zulos con explosivos, uno de ellos en O Berbés.
Imagen de la zona de la dársena de O Berbés donde se produjo la explosión. / A. O.
De haber sido causada por uno de estos cartuchos, estos explosionan de inmediato al contacto con el agua y “no tras permanecer un tiempo sumergida”, señalan expertos en este material, lo que les lleva a apuntar como explicación lógica que pudiera caer desde el muelle o uno de lo barcos que en ese momento se encontraban amarrados (un palangrero y un arrastrero). En cambio insisten en que caben otras posibilidades, sin vincularse necesariamente con material explosivo, como bombonas de carga empleadas en soldadura.
Rastreo con perros a bordo y del fondo con buzos
Hasta la fecha la investigación abierta por la Guardia Civil sobre la explosión del lunes en aguas de O Berbés no ha deparado ninguna prueba sobre el origen pese a los esfuerzos por hallarlas. El último ayer, con el despliegue de dos equipos de buceadores de su Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Rastrearon el fondo a lo largo y ancho de la dársena acotada entre los dos muelles empezando por donde estaban atracados los dos barcos zarandeados por el impacto, a la altura de la báscula de pesaje de camiones. La inmersión en busca de algún elemento que pudiera desentrañar el enigma finalizó al cabo de casi dos horas igual que empezó: “Sin nada que pueda relacionarse con explosivo ni con ningún otro material que pudiera generar un efecto así”, admiten fuentes de la Benemérita.
Igual de infructuosa que la inspección a bordo de los mencionados pesqueros y otros atracados en las inmediaciones en torno a esa hora del lunes. Llevada a cabo por agentes del Servicio de Desactivación de Explosivos (SEDEX) del instituto armado, emplearon perros especializados en la localización de este material. Pero ni rastro.
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