Las pruebas aportadas por la defensa eran abrumadoras. Y la principal baza del denunciante, un testigo directo, incurrió en importantes contradicciones. La fiscal, además, se reafirmó en su posición de pedir la libre absolución. Éste es el panorama con el que ayer llegó al trámite de informes finales el juicio del caso del joven redondelano que aseguró haber sido víctima de una paliza en 2017 en Vigo después que su foto saliese en la portada del diario británico The Guardian participando en una manifestación en Barcelona a favor de la unidad nacional con motivo del referéndum de independencia. Así que, en una situación que no se ve con demasiada frecuencia en las salas de vistas, el abogado del denunciante, el único que acusaba a los dos chicos que se sentaron en el banquillo, optó por retirar la acusación en esa fase final de la vista oral. Su principal testigo, admitió, "se contradijo a todas luces". Los acusados, que se enfrentaban a 3 años de cárcel, fueron absueltos de inmediato por la jueza. La defensa pide ahora que se condene a la acusación particular a pagar las costas por haber hecho una acusación "temeraria" que estima que pudo deberse a "motivos políticos".

La vista fue en el Juzgado Penal 1 de Vigo. Entre las personas que fueron a apoyar al denunciante estaba el candidato de Vox al Congreso por Pontevedra, el general Antonio Budiño. Dado que hubo algún momento de tensión entre las partes, dos policías permanecieron en la sala. El denunciante reiteraba ayer ante la jueza que la madrugada del 10 de diciembre de 2017, cuando estaba con dos amigos, un "grupo grande" le agredió tras llamarle "puto nazi". Y relató que junto con su padre, que fue escolta, buscaron en redes sociales entre gente de "ideología de extrema izquierda" y dieron con fotos de los acusados.

Él, admitió, no llegó a ver a sus agresores. Pero sus dos amigos, añadió, reconocieron a los de las fotos de Facebook como los responsables. Uno no compareció en el juicio y otro sí declaró ayer. Identificó a los acusados, pero sus contradicciones llevaron al abogado del denunciante a cambiar su posición: "Me veo en la obligación de retirar los cargos". La jueza absolvió a los encausados.

Ambos negaron siempre haber participado en la agresión. Uno acreditó, con testigos y un vídeo, que a esa hora estaba en el pub que inauguró aquella noche. La novia del otro declaró que estaba con ella en casa. Y un tercero desimputado antes de juicio aportó los tickets del peaje de la AP-9 que confirmaban que no estaba en Vigo, sino camino de Vilagarcía.