Es sabido que el Concello de Vigo quiere reducir al máximo la circulación de coches en el centro urbano para dar preferencia a los transeúntes. A ello se deben las numerosas humanizaciones de las calles o la peatonalización integral de Porta do Sol, cuyas obras arrancarán de forma inminente. El alcalde quiere continuar con esta tendencia y para ello tiene otra propuesta que promete dar que hablar: reducir a 10 kilómetros por hora la velocidad en las calles del centro que han sido semipeatonalizadas (donde los viandantes conviven con el tráfico rodado) o que van a serlo, medida que ya ha sido implantada Pontevedra en su casco histórico y en los alrededores y también Vitoria está estudiando implantar.

No se trata solo de una idea que está en el aire, pues el Ayuntamiento olívico ya ha solicitado a la Dirección General de Tráfico los informes pertinentes para estudiar la viabilidad de que los conductores puedan conducir de forma viable y segura a 10 kilómetros por hora.

"Si la prioridad es el peatón, no se puede correr ningún riesgo y quiero que los coches vayan a la misma velocidad que las personas. Un caminante caminando a máxima velocidad no supera los siete kilómetros por hora", aseguraba ayer el alcalde.

La idea se plantea ahora que el Concello está inmerso en la humanización de todo el entorno del mercado del Progreso. Hoy la Junta de Gobierno Local adjudicará la humanización de la calle Ronda don Bosco, que inicialmente tendrá una velocidad de máxima para los coches de 20 km/h, al igual que en otros viales del entorno donde conviven peatones y vehículos, como María Berdiales o Doctor Cadaval, a la espera de la luz verde de Tráfico para una posible reducción a 10 km/h.

Pontevedra ha sido la ciudad pionera en implantar este límite a los vehículos en todos los viales de tráfico de semipeatonalizados. El Concello pontevedrés instaló un total de trece señales en la zona vieja de la capital provincial, así como en las calles por la que discurre el Camino Portugués a Santiago como Virxe do Camiño y O Gorgullón. La medida afecta a todo el tráfico rodado.

En los viales de un único sentido la circulación, Tráfico estableció recientemente el límite de velocidad en los 30 kilómetros por hora. La DGT argumenta que un estudio de la Organización Mundial de la Salud reduce el riesgo de ser atropellado por un vehículo como mínimo cinco veces si la velocidad del coche que impacta es de 30 kilómetros hora en lugar de 50, como estaba establecido hasta ahora, por lo que la medida propuesta "podría asegurar la supervivencia en la inmensa mayoría de los casos".

Según la DGT, esta medida también reduce un 3% el riesgo de resultar herido grave y un 4% el de sufrir un accidente con víctimas mortales, además de disminuir el ruido y los niveles de dióxido de nitrógeno. Reducir la velocidad en estas vías, argumenta Tráfico, también reduciría los atascos, mejoraría la convivencia entre peatones y vehículos y fomenta el uso de transportes menos contaminantes. La DGT sin embargo no se "moja" sobre las posibles ventajas de bajar la velocidad a 10 km/h.

Por otro lado, el Concello de Vigo, que conecta la Ronda Don Bosco con la calle Progreso, y que será convertida en un vial completamente peatonal.