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En memoria del Vigo que se fue

Cientos de personas visitaron ayer los cementerios de la ciudad para recordar a sus seres queridos en el Día de Todos los Santos

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Día de Todos los Santos en Vigo: una jornada para honrar a los que no están

El lienzo gris en el cielo y la presencia intermitente de la lluvia cayendo sobre las piedras de los camposantos vigueses acompañaron el sentimiento de familiares, amigos y vecinos en una fecha marcada por la tristeza y la memoria. Cientos de personas peregrinaron durante la jornada de ayer a los cementerios de la ciudad para recordar desde la solemnidad y la tradición a los que ya se han ido.

Con flores, velas y recipientes cargados de agua, los fieles recorrieron los estrechos caminos de la necrópolis de Pereiró, uno de los enclaves más concurridos de la urbe en este momento del año. Testigo de ello fue el monolito de Concepción Arenal, que da la bienvenida a los visitantes al lugar; también los puestos de venta ambulante que flanqueaban el acceso: las castañas y las rosquillas recordaban a los presentes el tono familiar de la cita y restaban seriedad a este día festivo en el que el alcalde de Vigo, Abel Caballero, visitó el cementerio municipal junto con varios miembros de su equipo de gobierno.

Con los primeros rezos completados y dispuesta a seguir recorriendo las calles del camposanto olívico, María José reconoce que, aunque no es del todo "partidaria" de acudir al cementerio -"en las tumbas no hay nada"-, es "bonito" traer al presente a los que ya no están con nosotros. "Rezas y los recuerdas para que no se queden en el olvido", explica. Sus padres, un yerno, sus suegros y varios tíos descansan en el recinto vigués, al que prefirió acudir por la mañana. "Es más íntimo y más recogido", apunta.

Dentro del santuario, un panel también hace memoria para informar de la historia de los cementerios de la ciudad. El rey Carlos III prohíbe los entierros en el interior de los templos en 1787 y recomienda trasladarlos a espacios ventilados con el fin de evitar epidemias. A pocos metros, una exposición del pintor gallego Urbano Lugrís guía el recorrido hacia el Dodge "Carneiro", un coche fúnebre en el que vigueses de cuna o de adopción realizaron su último viaje.

A pocos pasos del vehículo, Montse espera por su familia: acudió a Pereiró acompañada por su marido y su suegra. Aplaude que se mantenga esta tradición, en la que "recuerdas más a los que no están", pero defiende que se debe honrar a los seres queridos "más a menudo". "Andamos muy acelerados el resto del año, nos acordamos un poco menos", señala. Petronila, que acudió ayer en horario matutino al camposanto para visitar a su marido y a sus tíos, destaca esta misma idea: "Es conveniente que se les recuerde todo el año, no especialmente este día", anota.

Con algo de prisa y con rostro triste, Eduardo saca un minuto de su tiempo momentos antes de ayudar a su padre en la limpieza de una lápida. Tiene claro que el Día de Todos los Santos es "muy emotivo", ya que "recuerdas a la gente que, por mala suerte, se ha ido", pero asegura que "cuando te falta alguien", está presente en la memoria "todos los días". Unos metros más allá, Marta, arropada por sus allegados, se declara firme defensora de esta tradición. Cree que se debería "conservar" porque "también es una forma de reunir a la familia".

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