Los dirigentes del puerto de Cork se frotan las manos con las eventuales ventajas que obtendrían sus muelles con la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Empezando por su máximo responsable, Brendan Keating, quien desde hace meses se prodiga en los medios de comunicación de su país en explicaciones sobre los potenciales tráficos que podrían establecerse en sus muelles a causa del Brexit, en particular, de esos que más interesan a Vigo, los que transportan carga rodada (Ro-Ro) y pasajeros.

El último y más revelador pronunciamiento sobre este asunto lo ofreció Keating al The Irish Times el pasado abril. Según las declaraciones recogidas por este diario, Cork operaría "uno o dos servicios de ferri hacia el Reino Unido" a consecuencia de la ruptura con la UE "sin un acuerdo". "Muy probablemente a Fishguard, Swansea o Bristol", agregó. Hasta ofreció un presupuesto de los preparativos que necesitaría acometer para asumir este incremento de actividad: "Dependería del volumen de tráfico, pero más de 500.000 euros".

Desde estas manifestaciones el Ejecutivo de Londres ha atemperado las condiciones de su divorcio europeo, pero dentro del plan de contingencia elaborado por el gobierno irlandés, Cork sigue subrayado entre las principales alternativas para manejar ese previsible aumento del tráfico marítimo interinsular. Tanto es así que Brendan Keating reveló que Ringaskiddy, el nombre de la localidad donde se localiza el recinto portuario, recibió este año la visita de funcionarios del Departamento de Transportes "para evaluar el potencial de estos muelles para ser utilizado para un servicio Ro-Ro al Reino Unido".