La gran causa judicial de A Pedra, la que llevó al cierre definitivo del popular mercado vigués, escribió ayer su capítulo judicial final. Cierto que ahora empieza la también compleja fase de ejecutar las condenas, pero, tras una segunda vista celebrada ayer, los 9 acusados que no habían llegado a un acuerdo con la fiscal y las acusaciones particulares en la primera comparecencia decidieron también conformarse con las penas que se solicitaron, lo que definitivamente evitará el juicio. Entre los citados ayer estaban los principales acusados, los que tenían contactos con proveedores portugueses y guardaban la ropa falsa que se vendía en el mercado en una red de trasteros usados como almacenes. Las pena más alta impuesta fue de un año y dos meses de cárcel, si bien todos los comerciantes eluden el ingreso en prisión, condicionado eso sí al pago de las multas y de las indemnizaciones a las marcas.

Entre la maratoniana vista de conformidad del pasado 15 de octubre y la de ayer -que también se prolongó casi toda la mañana por las negociaciones de última hora-, este caso deja un balance de 32 vendedores condenados y otros 15 absueltos -si bien algunos de estos últimos son sentenciados como partícipes a título lucrativo-. Si en la primera sesión la mayoría fueron condenados a multa, ayer todos asumieron penas que oscilan entre los 3 meses y el año y dos meses de cárcel, junto a sanciones económicas. Y si en la anterior las cuantías en concepto de responsabilidad civil sumaban unos 75.000 euros, los 9 condenados de ayer, a los que se les incautaron más prendas, deberán afrontar en total el pago de casi 180.000 euros. Sólo queda una vendedora por conformar, de casi 90 años, que no pudo desplazarse a los juzgados porque está enferma.

Entre los sentenciados de ayer hay dos hermanos que disponían de una red de locales que usaban como almacenes para abastecer a sus puestos y a otros del mercado. Tenían alquilados trasteros donde se halló gran cantidad de ropa. Uno de ellos era también el que contactaba "directa y diariamente" con proveedores portugueses para adquirir las prendas.