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El bum de los alquileres vacacionales

Comunidades de vecinos de Vigo se protegen ante la ola de pisos turísticos

Residentes de edificios de la ciudad toman medidas ante el auge de esta práctica - Los cambios estatutarios se realizan por unanimidad -Preocupa que la rotación de inquilinos comprometa la seguridad y el mantenimiento

Comunidades de vecinos de Vigo se protegen ante la ola de pisos turísticos

El descomunal auge de las viviendas de uso turístico, que tal y como avanzó ayer FARO ha llevado a duplicar este tipo de alojamientos vacacionales en solo un año en Vigo y su área, tiene una triple cara. En primer lugar están los propietarios, que buscan conseguir un importante rédito económico en pisos que tienen vacíos. Por otro lado, los turistas y visitantes, que ven en estos apartamentos una alternativa más cómoda, diferente y en ocasiones más barata que los hoteles o las pensiones tradicionales. Pero hay una tercera parte afectada que juega un papel clave en todo esto: las comunidades de vecinos. A muchas no les convence en absoluto que en su edificio haya pisos turísticos, y por eso están empezando a tomar medidas contra ellos.

En varios inmuebles de Bouzas, Porta do Sol, García Barbón y la zona de Samil, los residentes han aprobado por unanimidad en juntas de vecinos modificar los estatutos para prohibir que en sus inmuebles se puedan utilizar las viviendas como alquileres vacacionales. Lo han hecho a modo de prevención al ser algunas de las zonas más turísticas de la ciudad. Varias de las comunidades que tomaron esta medida nunca han acogido pisos turísticos, pero apostaron por actuar de antemano. Para cambiar los estatutos y prohibir este uso de las viviendas, es necesario que todos los propietarios voten a favor. En caso de que sea una propuesta realizada por un vecino, valdría con el voto de tres quintas partes de los dueños.

Estas medidas contra los alquileres vacacionales se aceleraron en el último mes, tras conocerse la resolución del Tribunal Supremo que corrige el decreto de la Xunta y permite a los propietarios alquilar las viviendas por habitaciones.

¿Y por qué hay personas que son reacias a tener como vecinos, de forma temporal, a turistas? "Porque les puede tocar un grupo de amigos que vienen a pasar el fin de semana y montan fiestas. No siempre son familias que pasan unos días e incluso un mes y no generan ningún tipo de molestia. También preocupa que hagan un mal uso de las instalaciones comunes, al no tener conocimiento de las normas de la comunidad. Cuando alquilas tu casa para fines de semana o vacaciones, nunca sabes lo que te puedes encontrar", explica Enrique Vázquez, administrador de fincas en XecoGalicia.

No obstante, los administradores reconocen que en algunas de las propiedades que dirigen y que tienen alquileres vacacionales nunca ha surgido ningún problema y los vecinos no han emitido ninguna queja. "En nuestro caso simplemente le dijimos que aquí hay unas normas y que es necesario que se respeten. El propietario se lo traslada a los turistas y de momento están cumpliendo. Pero entiendo que en otros lugares puedan llegar a generarse problemas", explica José Manuel Martínez, de Urban Consulting. Hay edificios que incluso acogen varios pisos turísticos, como el número 17 de García Barbón u otro situado en Porta do Sol.

Pese a que la Xunta obliga a los propietarios a registrar las viviendas de este tipo, las comunidades de vecinos alertan de la presencia de un elevado número de "pisos pirata", es decir, que están sin declarar. Los administradores, sin embargo tienen dudas legales sobre la obligatoriedad de que los propietarios tengan que informar a la comunidad si su vivienda es vacacional. "La tienen que registrar ante la Xunta, pero a nosotros no tienen obligación de comunicárnoslo. Solo en caso de que se realizaran obras", defiende José Gregorio Vázquez, de la Administración de Fincas Sío. Otras asesorías consultadas, sin embargo, defienden que sí es obligatorio, lo que demuestra la incertidumbre legal que continúa rodeando a este nuevo tipo de alojamientos pese al avance normativo de los últimos años.

La también administradora Aida Docampo va más allá y asegura que la legislación vigente permite a las comunidades de vecinos "limitar" los apartamentos de uso turístico, "pero en ningún caso prohibirlos". Docampo reconoce, no obstante, que en varios de los inmuebles que gestiona se está debatiendo ya la posibilidad de tomar algún tipo de medida para frenar la llegada de los alquileres vacacionales. "Hay preocupación, de eso no hay duda", admite.

No solo en Vigo las comunidades de vecinos están actuando ante el elevado el bum de este tipo de alojamientos. También en municipios del área con una importante afluencia turística en verano, como Cangas, Baiona o Nigrán. Zonas cercanas a la playa donde plataformas como Airbnb o Homeaway tienen una gran oferta de alquileres vacacionales.

Las comunidades de vecinos no son las únicas que están preocupadas por esta situación. El sector hotelero reconoce que estos tipos de alojamiento suponen una competencia cada vez más seria. Jaime Pereira, de la Asociación de Hoteleros de Vigo (Ahosvi), pedía además sanciones "ejemplares" para aquellas viviendas que no estén registradas en la Xunta y que eludan la normativa. "Los pisos pirata hacen mucho daño tanto a los hoteleros como a los apartamentos que están en regla. Por eso considero que poner multas de doscientos o trescientos euros no sirve de nada, porque los propietarios las pagarán y seguirán haciendo lo mismo. De la misma forma que a nosotros nos obligan a cumplir la ley, lo normal es que a ese tipo de alojamientos también se les exija", valora Jaime Pereira.

El tirón turístico de Vigo está provocando que los propietarios de viviendas se decanten en muchas ocasiones por el alquiler vacacional antes que por el tradicional, al ofrecerles una rentabilidad mucho mayor en menos tiempo. Según el Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT) de Galicia, en la ciudad Olivia hay en la actualidad 316 viviendas de uso turístico, más del doble que el año pasado.

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