Los exámenes de certificación ya no son solo una cosa de adultos. La formación en inglés mejora entre las nuevas generaciones y las pruebas se adaptan a los más pequeños. Las mellizas Irene y Victoria Pampillón Fernández, alumnas de la Escuela Rosalía de Castro, ya tienen entre sus manos el diploma que acredita que han superado el Pre A1 Starters.

Es la primera de los tres pruebas diseñadas para los principiantes y en ninguna de ellas hay aprobado o suspenso, sino que todos los niños reciben un certificado para celebrar sus logros.

"Nuestra madre nos animó a aprender inglés desde pequeñas. Es útil para muchas cosas. Si te vas fuera de vacaciones, por ejemplo. Este verano fuimos a Nueva York y, aunque el acento americano es distinto, nos entendían. Y si quieres trabajar en otro lugar también te da más oportunidades", aseguran convencidas estas hermanas de diez años.

La escuela es un centro plurilingüe y las clases del inglés ya suponen una ayuda para que los alumnos que así lo deseen preparen y realicen las pruebas oficiales de Cambridge. Además Irene y Victoria tuvieron una canguro inglesa y también ven las películas en la lengua de Shakespeare.

Aunque conocieron los resultados hace apenas un mes, las pruebas tuvieron lugar en mayo y la de expresión oral fue la más fácil para ambas. Victoria asegura que no se puso nerviosa "porque no contaba para nota" e Irene confiesa que un poco sí, "como en todos los exámenes".

A ella le gustaría realizar cuando sea mayor parte de sus estudios en el extranjero -"Me gustaría ir a París, Nueva York o Londres. Me encanta viajar", reconoce-, e incluso también trabajar en otro país como "criminóloga o forense".

Su hermana Victoria es más casera y prefiere quedarse en España. "A mí me gustaría ser profesora de Matemáticas o Educación Física", revela.