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El tren entre Vigo y Santiago repunta un 50% desde su modernización y el estreno de Urzáiz

Entre 2014 y 2017 se disparó hasta 328.400 viajeros anuales - En 2015 se inauguró la nueva terminal y los servicios rápidos del Eje Atlántico - Crece más que el resto de principales rutas regionales del país

En la crónica ferroviaria de la ciudad pocas fechas hay tan claves como el 18 de abril de 2015, el sábado en que arrancaron los primeros trenes comerciales -antes lo habían hecho en pruebas y en viajes con autoridades- de la nueva estación de Thom Mayne. Aquella jornada no solo dio el "pistoletazo de salida" a la moderna terminal de Urzáiz sobre la que ahora se levanta el complejo Vialia. Igual o incluso más importante fueron los convoyes y prestaciones que la acompañaron. Su apertura trajo consigo nuevos servicios ferroviarios, mucho más rápidos que los que habían operado hasta la fecha en Guixar y que acortaron de forma contundente los tiempos de viaje en el Eje Atlántico, la columna vertebral ferroviaria de Galicia. Si hasta entonces un vigués necesitaba media hora para desplazarse en tren hasta Pontevedra, desde ese día puede hacerlo en 15 minutos. De la hora y media que se tardaba en cubrir el trayecto Vigo-Santiago se pasó, en 2015, a 50 minutos.

Las mejoras en el servicio no tardaron en hacerse sentir en los balances del sector. Según el anuario de 2019 que acaba de publicar la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE), órgano constituido en 1985 y que tiene entre sus patronos a los operadoras Renfe y Adif, de 2014 a 2015 el volumen de pasajeros de la ruta Vigo-Santiago se disparó un 25,7%, al año siguiente el repunte se mantuvo con un alza del 9,7% y entre 2016 y 2017 -último dato que recoge- se consolidó con otro 6%. Entre 2014 y 2017 el aumento de demanda rozó así el 50% hasta situarse hace dos años en 328.400 usuarios anuales.

El crecimiento de la ruta Vigo-Santiago es bastante superior al anotado en el tramo norte del Eje Atlántico, el comprendido entre Compostela y A Coruña, que durante ese mismo período vio cómo su demanda crecía un 5,5%. La línea entre la urbe herculina y la capital de Galicia se mejoró varios años antes que el corredor Santiago-Vigo. El 11 de diciembre de 2011 Fomento estrenaba el modernizado servicio Avant que desde entonces conecta el eje A Coruña, Compostela y Ourense en 68 minutos. El servicio -operado por nuevos convoyes- permite desplazarse entre ambas metrópolis del norte gallego en menos de media hora y desde la capital autonómica a la urbe de las Burgas en otros 38 minutos.

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Aunque la ruta Santiago-A Coruña desplaza, según el estudio de FFE, más viajeros que la conexión entre Vigo y Compostela, la mejora del servicio ferroviario ha tenido allí un impacto menor. En 2011 la línea Santiago-A Coruña desplazaba 887.440 viajeros. Al año siguiente el balance se situaba en 931.193, lo que arroja un crecimiento del 4,9%. En 2017 el acumulado era ya del 27,5%, lejos del 49% del corredor que enlaza Vigo y Santiago.

El crecimiento alcanzado en el sur del Eje Atlántico entre 2014 y 2017 es de hecho el más pronunciado del listado de 20 rutas de Media Distancia que analiza FFE. De entre los corredores regionales más empleados, solo se le acerca el eje Cádiz-Sevilla, que durante esos cuatro años repuntó un 21,6%.

Aunque el anuario de FFE solo incluye datos hasta 2017, a principios de año Renfe constataba un crecimiento general del 4,7% en el corredor A Coruña-Vigo-Ourense, lo que desvela que no se ha frenado el aumento de demanda registrado en los últimos años. Según el balance que manejaba la operadora ferroviaria en primavera, a lo largo del primer cuatrimestre usaron el Corredor Atlántico entre A Coruña-Santiago y Vigo y el servicio Avant Ourense-Compostela-A Coruña 1,18 millones de pasajeros, casi un 5% más que durante el mismo período del año anterior. De ese volumen de pasajeros, la inmensa mayoría, casi 990.000, se correspondían con personas que usaron el Eje Atlántico. En su informe, la Fundación de Ferrocarriles Españoles no precisa si su estudio incluye el conjunto de viajeros que se trasladan en la ruta Vigo-Santiago, lo que comprendería todas las paradas intermedias posibles, como Pontevedra o Vilagarcía; o únicamente los que se suben o bajan en la urbe olívica y en la de la capital gallega.

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