Caballos, serpientes, águilas Harris, iguanas, comadrejas... La Unidad Medioambiental de Intervención Rural de la Policía Local de Vigo está acostumbrada a recibir llamadas de teléfono en las que se les alerta de todo tipo de problemas que generan la presencia de animales en los barrios de la ciudad olívica. Algunas de ellas tan extrañas que son difíciles de olvidar.

Ayer, el 092, recibía la llamada de un vecino molesto con unas cabras que estaban haciendo estragos en su finca. Coincidiendo con las alertas que llegaban a la centralita policial por las incidencias que el primer temporal del otoño estaba provocando en la ciudad, un vecino de Camiño do Seixo, en Castrelos, contactaba con los agentes para advertirles de un hecho que, dada la decisión adoptada, parecía haber agotado su paciencia. El hombre se quejaba de que unas cabras estaban comiendo las lechugas e invadiendo viñas de una finca de su propiedad.

Según informaron fuentes policiales, el hombre no quiso, al menos en ese momento, presentar denuncia por los daños, trasladándoles que si averiguaba algún dato sobre a quién pertenecían los animales se pondría en contacto de nuevo. En el momento en el que este vigués telefoneó, la Unidad de Intervención Rural estaba ocupada en otro servicio.

Numerosas intervenciones

Los agentes de este grupo rescataron en 2018 a más de 100 animales salvajes del centro urbano o del entorno rural de la ciudad. Un guacamayo que se le escapó a su dueño mientras paseaba o una serpiente hallada en el horno cuando una mujer se disponía a cocinar son algunas de las intervenciones.