Dos graves accidentes de tráfico en un período de poco más de 24 horas en Vigo y ambos, aunque de dinámicas muy distintas, con un denominador común: un coche automático. Así es el Audi Q3 del septuagenario que este miércoles causó un siniestro con ocho heridos en la avenida de Fragoso tras sufrir un vahído. Y de esta misma modalidad es el BMW de la joven de 33 años que solo un día después, el jueves, fue rescatada del agua por un amigo tras precipitarse con su vehículo al mar en un muelle de Bouzas. A la espera de que se determinen las causas del siniestro, una de las hipótesis que se barajan, según apuntan fuentes policiales, es que la mujer, S.M.F., tuviese algún tipo de confusión en el manejo de las marchas al tratarse de un modelo automático y no manual. La víctima, que fue trasladada en estado grave por una ambulancia medicalizada del 061 al Hospital Álvaro Cunqueiro, permanecía ayer ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de este centro sanitario.

La alerta saltó a las diez y cuarto de la noche del jueves en el espigón próximo al restaurante de la dársena deportiva de Marina Davila de Bouzas. Un vehículo se había precipitado al agua con la conductora dentro. Los primeros en llegar al punto fueron la Policía Local y los bomberos. Estaba oscuro, pero efectivamente encontraron el coche en el agua y, ya encaramado en las rocas, a un joven que sujetaba a la mujer y que, agotado y nervioso, pedía auxilio. Con la ayuda de estos efectivos, la víctima fue sacada a superficie. Estaba inconsciente y presentaba síntomas de ahogamiento. Allí mismo recibió las primeras atenciones y, antes de que fuese trasladada por los sanitarios del 061 al Álvaro Cunqueiro, ya había recuperado la consciencia.

Ayuda

La mujer y su amigo habían salido esa tarde a pasear en motos acuáticas. Poco antes del accidente estuvieron un rato charlando en la zona y a continuación cada uno se dirigió a su vehículo para abandonar el lugar. Y fue entonces cuando, quizás por un error al accionar la marcha aunque la causa todavía no está clara, el turismo de la joven se cayó al agua de frente, por su parte delantera, con ella al volante. El joven aún estaba allí y vio cómo el coche se precipitaba al mar, por lo que no dudó en lanzarse para ayudar a la víctima y sacarla del interior del automóvil, algo que logró no sin dificultad y con la circunstancia añadida de que era de noche. Cuando llegaron los bomberos, el vehículo tenía el maletero y una de las puertas abiertas.

Junto a estos efectivos y los policías locales, en el operativo de emergencia desplegado con motivo de este accidente participaron también la Guardia Civil con la patrullera de su Servicio Marítimo Río Guadalope, la Policía Nacional y la Autoridad Portuaria. Ya ayer por la mañana se procedió a sacar el turismo del agua izándolo con una grúa.