Zona Franca estudia reservar la futura nave de Bouzas para el sector de automoción. El Consorcio quiere anticiparse al bum que esta industria prevé en los próximos años con los nuevos lanzamientos -se esperan producciones en Vigo de más de medio millón de vehículos al año, a lo que hay que sumar la exportación de PSA-Mangualde- y al rápido crecimiento de los tráficos con Marruecos, destinando la planta baja de la nave a logística únicamente del automóvil y la cubierta, como estaba previsto, a estocaje de coches y camiones, según indicaron fuentes del departamento que pilota David Regades. El proyecto tiene un presupuesto de 15,68 millones de euros y la bendición de la Autoridad Portuaria y los operadores de la terminal.
El Consorcio llegó a barajar en un principio la posibilidad de ofertar también los 15.000 metros cuadrados de la parte logística a otros sectores económicos interesados en almacenar sus productos en el recinto tax-free de Bouzas, como la pesca congelada. Las empresas se ahorrarían el pago de impuestos durante los depósitos, una ventaja competitiva que podría resultar vital en caso de un escenario de "Brexit" duro y de que continúe la guerra comercial entre China y EE UU. Pero ante las perspectivas que maneja el sector del automóvil y sobre todo el rápido incremento de los tráficos con Marruecos, donde PSA acaba de inaugurar una nueva planta, Zona Franca ya se plantea reservar el 100% del espacio de la nave logística, que será la más grande en espacio portuario, a la industria de las cuatro ruedas.
Así se lo ha hecho saber el propio Regades a la dirección de Balaídos en las reuniones periódicas de trabajo que Zona Franca mantiene con PSA. Si se cumplen las previsiones, la planta de Balaídos rebasará la barrera del medio millón de coches anuales ya en 2020, de los cuales más del 80% se exportan a través de Bouzas y se almacenan previamente en las campas del Consorcio y el Puerto. A mayores, hay que sumar la exportación de los vehículos que se fabrican en Mangualde, que también salen por Vigo, y el flujo de entrada y salida de piezas y componentes procedentes de Marruecos (Tánger y Kénitra), un tráfico que irá en aumento en los próximos meses y que ya ha obligado a Suardiaz a reforzar las escalas semanales de la autopista del mar, llegando a plantearse fletar buques de mayor capacidad de carga, como ya avanzó FARO.
En esas reuniones PSA-Zona Franca, los responsables de la multinacional francesa recalcaron la necesidad de seguir ajustando la estructura de costes de la planta viguesa -que emplea a más de 5.500 trabajadores- para mantener su competitividad frente a otros centros del grupo, poniendo el acento también en las tasas e impuestos.
Otras actuaciones
También el Puerto se ha puesto manos a la obra para adaptar la terminal de Bouzas a las necesidades futuras del auto. De hecho, está proyectada una ampliación de hasta 65.000 m2 y 1.300 metros lineales de atraque (con 20 metros de calado) que, si se cumplen los plazos, podría estar lista en 2023; una obra que los operadores portuarios ya temen que se pueda quedar corta.
En cuanto a la nave de Zona Franca, se construirá en un espacio abierto de 20.500 m2 utilizado como aparcamiento en superficie para empresas de logística de automoción, ubicado entre los edificios actuales del Consorcio -la sede central y los dos bloques de naves existentes- y la terminal de vehículos. Contará con una planta baja de 15.000 m2 y una cubierta de 15.500.
En la primera se desarrollará un espacio de almacenamiento y distribución divisible en régimen de alquiler (en función de las necesidades que demande cada empresa interesada), con dos zonas de oficinas, servicios e instalaciones. La cubierta, por su parte, tendrá un funcionamiento autónomo e independiente de la nave, para que los operadores puedan seguir almacenando vehículos y camiones. Se prevé que tenga 724 plazas. La inversión está condicionada a que el Puerto le amplíe la concesión.
