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Frenan la fumigación de un piso en Vigo al faltar uno de los 42 gatos de la inquilina desahuciada

La vivienda de alquiler está destrozada, con orines, excrementos y basura

Estado en el que se encontró el salón de la vivienda tras el desahucio. // FdV

Tras un año de impago de alquiler y de pleitos, la vecina de un ático en la Travesía de Vigo fue finalmente desahuciada. La sorpresa saltó el pasado 17 de septiembre cuando la comisión judicial que realizó el lanzamiento, acompañada por el propietario de la vivienda, se encontraron con que en la vivienda vivían 42 gatos y un perro. Además de los mininos, la práctica totalidad de las habitaciones del dúplex, incluidos los cuartos de baño, estaban llenas de excrementos y orines, así como bolsas y cajas con ropa, enseres y basura que desprendían un hedor insoportable a todo el inmueble. Los gatos habían creado sus propios refugios en el sofá, en los colchones y en otros muebles rotos.

El piso, prácticamente destrozado, debe ser fumigado y limpiado, pero de momento su propietario tiene que seguir esperando ya que la mujer ha denunciado que le falta uno de sus gatos y el juzgado ha bloqueado la desinfección a la espera de que la secretaria judicial la acompañe esta misma semana a la vivienda para intentar localizarlo.

La mujer, de unos 40 años, residía de alquiler desde hace seis en el ático de Travesía de Vigo. Los vecinos mostraban ayer su satisfacción por el desahucio. "En los últimos cuatro años hemos llamado varias veces a la Policía porque el mal olor llegaba a nuestras casas", explican. "Los agentes venían, subían al noveno y comprobaban el hedor, pero llamaban y ella no abría la puerta, así que no podían hacer nada", indican los afectados.

La comisión judicial también llamó a la puerta el pasado 17 de septiembre para el lanzamiento. Nadie les abrió, así que un cerrajero cambió la cerradura. Una vez dentro, tras llamar en voz alta por si había alguien, descubrieron los numerosos gatos. "Creíamos que podía tener cinco o seis, pero visto lo visto hubo que avisar al lacero para recoger los animales", explica el propietario de la vivienda, que se quedó horrorizado al entrar allí. "Es inhumano vivir así, no se cómo podía dormir", incide.

Pero la casa no estaba vacía, la inquilina, que se encontraba en la planta alta del dúplex, bajó entonces y como los mininos tenían dueña no podían ir a una protectora, así que se les facilitaron familias de acogida de forma provisional, si bien ella se llevó muchos a su nuevo domicilio.

Poco después, la mujer denunció que le faltaba uno de sus gatos. Acudió al piso con el propietario de la vivienda y encontró a uno en una caja, pero no era el que buscaba, por lo que pidió en el juzgado que paralizaran la fumigación del piso.

"Nosotros ya no subíamos en ascensor por el olor y hay personas mayores muy afectadas que incluso querían vender su piso. Esto es insalubre, vomitivo, no sé por qué no viene Sanidad. No podemos esperar más. Hay que limpiar", urgen los vecinos.

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