Vigo registra cada día más de 750.000 desplazamientos de vehículos y está entre las veinte ciudades españolas con más atascos. Pero la intensa circulación de sus calles también puede ser una oportunidad para generar energía limpia y gratuita. Un ingeniero industrial de la Universidad plantea en su trabajo fin de grado utilizar el peso de los coches que circulan por las vías urbanas o dentro de los parkings para obtener electricidad sin coste y rebajar la factura del alumbrado urbano o incluso del navideño.
El aprovechamiento del tráfico como fuente de energía es un objetivo para investigadores y empresas de todo el mundo. En 2009, la cadena británica Sainsbury's instaló rampas en el aparcamiento de uno de sus supermercados para generar energía con la que alimentar las cajas registradoras. Holanda cuenta con un carril bici solar y, en España, Repsol impulsó un proyecto para integrar dispositivos en el asfalto de las carreteras -elementos piezoeléctricos- que transforman en electricidad la presión y la vibración de los vehículos.
"La idea no es nueva, pero muchos de los mecanismos utilizados hasta ahora son costosos y difíciles de mantener o resultan poco eficientes porque solo utilizan aire. En el caso de los elementos piezoeléctricos que generan voltaje al comprimirse tampoco son rentables por su elevado precio", explica el autor de este trabajo, Diego Viana Souto.
La novedad de su sistema radica en la utilización de agua y aire comprimido. Los vehículos aplastan el badén al pasar y, como consecuencia, presionan el agua situada en un depósito subterráneo y que pasa a una microturbina hidráulica. El aire comprimido generado entonces se puede almacenar o ser aprovechado en el momento para generar electricidad.
"El badén sería similar a uno convencional y se comprimiría unos diez centímetros, por lo que incluso sería menos molesto para los conductores. El sistema funcionaría como una jeringa que al ser presionada expulsa agua inyectada. Cada vehículo podría generar unos 10 vatios de potencia, aunque la cifra varía porque los autobuses, por ejemplo, hacen una mayor presión. Por eso también podría ser buena idea utilizar el sistema en los carriles bus, donde el flujo es continuo y la presión mayor", comenta Diego Soto.
Para realizar los cálculos teóricos de su trabajo se basó en los equipos que ya existen en el mercado, así como en los datos reales de la oficina de tráfico de Vigo. Uno de los entornos a los que aplicó su solución es la calle Venezuela, que registra unos 10.000 vehículos diarios.
"Instalando un badén en los tres carriles conseguiríamos unos 60 kilovatios por día. Esto equivaldría a 20,5 megavatios anuales con los que se podría iluminar la calle, que necesita mucha potencia, durante todo un año", destaca.
Clara Campoamor y "parking"
Clara Campoamor y "parking"Viana también comprobó la utilidad del sistema en el tramo de la avenida Clara Campoamor próximo al Álvaro Cunqueiro: "Ya hay muchos badenes allí y se podría contribuir a las grandes necesidades de energía del hospital".
El caso del aparcamiento lo analizó en el del Centro Comercial Gran Vía, con una afluencia diaria de unos 5.000 vehículos: "Los parkings tienen un flujo de tráfico más reducido que los viales urbanos, pero también ventajas. En ciudad, los depósitos de agua tienen que llenarse con menos volumen porque los coches pasan por encima con mayor frecuencia, sin embargo, en un aparcamiento hay tiempo de llenarlos con más agua y, por tanto, generar más electricidad".
El sistema necesitaría un espacio bajo el suelo de unos 50 m2 y 4 metros de altura, y el coste estimado rondaría los 70.000 euros. "Pero si los elementos fuesen diseñados y fabricados ya de forma específica la inversión necesaria podría reducirse hasta en un 70%. Además, una vez instalado, solo sería necesario el mantenimiento, que resultaría muy barato. En realidad, estaríamos ante una fuente de energía gratuita", subraya Diego Viana.
