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Los ajustes que trajeron los K9 y el "todocamino"

Desde hace décadas, pero de una forma más intensa tras la llegada de Carlos Tavares a la presidencia, el Grupo PSA hace que sus plantas compitan entre sí por nuevos proyectos. Y Vigo, por costes laborales y sobre todo, por flexibilidad laboral, siempre se había impuesto a sus rivales europeas, sobre todo de Francia. El problema surgió en 2014, cuando Balaídos peleaba por las nuevas furgonetas (K9) con una planta low-cost en Eslovaquia (Trnava), con un coste laboral muy inferior pero unos niveles de calidad y eficiencia similares. Traer ese proyecto para Vigo obligó a negociar un duro plan de competitividad que incluyó recortes salariales y otros ajustes que la plantilla todavía no ha visto resarcidos. Eso sí, ese esfuerzo permitió a la vez consolidar las dos líneas de producción en Balaídos -es la única planta junto con Figueruelas que mantiene ese sistema biflujo - y atar un segundo lanzamiento, arrebatado a una factoría gala, el Peugeot 2008, que con los K9 llevarán de nuevo a Vigo a superar el medio millón de vehículos el próximo año.

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