En los años setenta un vecino de Cangas tardaba en atravesar la ría para recalar en Vigo 97 minutos, lo que dura un capítulo y medio de una serie o un partido de fútbol con un descuento generoso. Hoy, si el vecino de Cangas quisiera emprender el mismo viaje, necesitaría 25 minutos, casi cuatro veces menos. Lo que media en ese recorte de minutos -recordado ayer por Enrique Urcola, presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos de Galicia- se parece mucho a los efectos del progreso. Y esa es una medalla que se le puede colgar al puente de Rande. El que fuera en su estreno el viaducto atirantado más largo del mundo tiene detrás una historia de éxito y dos grandes obras en su haber: la primera, la construcción, finalizada en 1977 (aunque su puesta en servicio sería en 1981) que puso un punto y aparte en las relaciones de la ría con el resto de Galicia y España; y la otra, su ampliación, las dos alas inauguradas en los últimos compases de 2017. Uno y otro hito protagonizan buena parte de la exposición que -gracias al material gráfico cedido por FARO- repasa la trayectoria de la infraestructura desde la calle Príncipe. Se manteará allí hasta el 19 de septiembre.

Fue Rande, en efecto, una obra sin precedentes que se ha ganado el sobrenombre de "imagen de marca" de la ría, como resaltó Urcola en la presentación, en un acto en el que, con la presencia de la cúpula de Audasa y un amplio abanico de cargos institucionales.

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Príncipe "pasea" por historia de Rande

"(El Puente) representa a Vigo, a su ría y todos los gallegos pueden hablar con orgullo de esta infraestructura", reconoció Ethel Vázquez, conselleira de Infraestruturas. Una obra "singular" y "simbólica", que para la responsable autonómica significa también un espaldarazo a la ingeniería más próxima. La gallega Puentes y Calzadas, de hecho, fue una de las grandes artífices de la ampliación que instaló dos carriles más (hasta 8), con un presupuesto superior a los 130 millones. El proyecto fue premiado recientemente por la Asociación Internacional de Puentes de Nueva York.

Pero no todo fueron alabanzas en sus inicios. Hubo quien lo calificó de "navallada", recordó el alcalde. Ahora, al contrario, es el "Puente de Rande de Vigo", ironizó en su intervención Abel Caballero, quien rememoró la "tortura" que suponían los atascos para llegar a Pontevedra en los 70, o las retenciones por la falta de capacidad del puente. "Ahorramos millones y millones de horas", agregó, tras destacar que fue el tridente formado por él mismo, con el expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño y la exconselleira de Infraestruturas María Jose Caride (hoy edil de Urbanismo) el impulsor de la ampliación, "un proceso imparable". Desde Fomento, el socialista José Blanco pondría en marcha el proyecto, como se encargó de resaltar. Las obras arrancaron y se desarrollaron con la popular Ana Pastor al frente.

El futuro, de momento, es una incógnita, aunque Caballero deslizó que la actual ampliación podría ser "insuficiente" si Vigo continúa su empuje económico e industrial. "Ya tenemos que diseñar cómo hacemos frente a un futuro que indefectiblemente va a llegar", dejó caer.