La puesta en marcha de una programación tan ambiciosa y de tal envergadura como la que ofrece Amigos de la Ópera no es cuestión de semanas o meses, sino casi de un año. Y es que aún ni se estrenaron las dos piezas de Rossini y Puccini para esta edición del Outono Lírico cuando el colectivo ya trabaja a toda velocidad en confeccionar la del año 2020. "Precisamente ya estamos cerrando el del año que viene. Programamos a más de un año vista. Los cantantes tienen sus agendas y no es fácil. Es complicado sobre todo porque tampoco sabes con los recursos que cuentas ", aprecia Daniel Diz.

Reconoce que los "llenos" que logran en sus representaciones son un buen reflejo de la calidad de las producciones. "La gente lo aprecia. Sabe que son obras y montajes de calidad, que son diferentes. Y además nos llego incluso correos de gente de Portugal preguntando por las entradas, ya no solo viene público de Vigo, sino también de otras partes de España o de fuera", resalta.

Sobre la posibilidad de ampliar su programa a tres o cuatro representaciones, Diz duda sobre la buena acogida al tener que renunciar a la calidad que los caracteriza. "Al fin y al cabo nosotros no somos profesionales y esto dedica mucho tiempo. El salto a una ópera más sería mucho dinero. Lo que hacemos es mejorar las condiciones de las que tenemos", concluye el presidente de Amigos de la Ópera.