En las próximas semanas se cumplirá un año desde que la Guardia Civil desarticuló la banda latina de los "Betas" , integrada por un grupo de hasta 40 jóvenes pandilleros -alguno de ellos menores de edad- a los que se les atribuye un centenar de robos violentos o con intimidación en Vigo y otras localidades próximas como Cangas y Baiona. El Juzgado de Instrucción 5 de Vigo a cargo de la investigación prosigue con las diligencias después de recibir el pasado mes de junio el informe del Instituto Armado del volcado y análisis de los teléfonos móviles incautados en las viviendas de los considerados líderes y lugartenientes del presunto grupo delictivo.
Y entre ellas destaca una cada vez más habitual en los tribunales olívicos: las ruedas de reconocimiento. La sala tiene señalado para los días 20 y 21 de octubre varias de estas actuaciones a las que están llamadas el centenar de víctimas que sufrieron los hurtos, algunos de los cuales se remontan al año 2017. El procedimiento es sencillo; cinco personas se sitúan en una habitación al lado del sospechoso, de aspecto y complexión semejante, mientras la víctima o los testigos de un delito miran por un cristal para identificar al supuesto delincuente. El problema relativo a este caso es que la sala instructora no encuentra figurantes que cumplan con las características físicas de los jóvenes investigados en esta causa -chicos de 20 años de origen latino-. Tanto es así que el juzgado recurrió también a la Guardia Civil para solicitar su colaboración en la búsqueda de personas que cumplan con este perfil tan concreto.
En caso de no encontrar estos figurantes, las diligencias tendría que suspenderse, circunstancia que ya pasó al menos en una ocasión a lo largo de este año.
Actualmente los considerados como cabecillas de la banda juvenil de los "Betas" -José Albany R.T., Anderlin Ariel E.V. y Enzo Ronaldo G.G.- se encuentan en prisión provisional desde su detención en octubre de 2018, medida ratificada este mismo mes en el caso del primero, considerado el líder del grupo, por la jueza instructora.
El operativo de arresto se precipitó -y tornó en un nuevo suceso- cuando la novia y hermana de dos de estos supuestos líderes, Anyelin Crisbel E.V.; también investigada en el marco de estas actuaciones, se cayó a la calle desde un quinto piso de un edificio de A Florida cuando se llevaba a cabo una entrada y registro en esa vivienda por parte de los agentes, caída a priori "accidental" a raíz de una "imprudencia" de la joven al descolgarse por el balcón para intentar entrar en el piso inferior a través de la ventana de la fachada exterior.
Además de los delitos por robos, lesiones o daños, la investigación también busca despejar si la banda juvenil conformaba o no un "grupo criminal". En el informe del Instituto Armado sobre el volcado y estudio de sus dispositivos móviles se concluye que era un grupo jerárquico, con miembros de diferentes "rangos" que se sentía "familia" y que no usaba solo la violencia externa hace grupo rivales sino también "violencia interna" como "forma de disciplina". Porque lo que creen los agentes es que querían actuar como las bandas que imponen ritos de iniciación entre sus miembros, como peleas entre ellos o aguantar mayor número de golpes.
