Contando solo mercantes el puerto vigués registra el mayor tráfico marítimo de Galicia, con 1.726 el año pasado, 500 más que A Coruña. Esta es la razón por la que sus muelles están más expuestos a recibir barcos de esos que figuran en las listas negras del París MOU, el memorando suscrito por España y la práctica totalidad de los países costeros de Europa que trata de evitar la navegación por sus aguas de barcos con deficiencias en sus sistemas de navegación o de seguridad.

De la inspección a bordo se encargan funcionarios de Capitanía Marítima y solo afecta a buques extranjeros. A diferencia de las retenciones ordenadas hasta la fecha en Vigo tras estas inspecciones, la del Christine es la primera que afecta a una mercancía fabricada por una empresa del área. Para Citic-Censa, esta inmovilización supone un contratiempo en la programación de los envíos de piezas para una de las mayores minas de cobre rusas, ejecutada dentro del Proyecto Tominsky, cerca de la frontera con Kazajistán.