"Vengo de Pontevedra desde hace dos años a competir a O Marisquiño. Claro que, también tengo 18 años. El año pasado la verdad es que esperaba bastante menos de lo que conseguí, así que acabé muy contento mi primera participación aunque fuera un puesto por de mitad de tabla. Esta vez no solo busco mejorar mi puesto en la tabla, sino disfrutar de la experiencia, que para mí fue mejor que buena. Hay muy buen rollo y muy buen ambiente, eso es lo que más me atrae del festival, además de poder ver otras actividades con las bicis como el campillo o dual, aunque no me planteo cambiar de disciplina.

En cuanto a las medidas de seguridad de este año estamos todos de acuerdo porque eso beneficia a los espectadores, pero nosotros no lo hemos notado. Lo que sí hemos notado es el aumento de la competencia. Los niños pequeños se tiran de cabeza y a lo que les salga. Sin miedo a nada. Los mayores ya nos lo pensamos un poco más, pero también, a veces como "nenos". Ten en cuenta que a veces competimos contra niños de 7 u 8 años, que son de goma y no conocen el miedo".