Los camiones se resisten a echar mano de la autopista para sus viajes entre Vigo y Tui. Aun cuando la alternativa es la A-55, vial que soporta el peor "punto negro" de la red estatal y tiene varios tramos limitados a 60 km/h, velocidad más propia de una carretera convencional que de una pista de alta capacidad. A pesar de que el tiempo que consume la autovía es sensiblemente mayor que el de la autopista y que entre el puerto y la Raia se extiende un polo industrial relevante, con empresas repartidas por Vigo, Mos, Porriño y el norte luso, que generan un intenso movimiento de mercancías, no resulta fácil ver camiones en la AP-9. La razón la llevan denunciando años los transportistas de la provincia: el elevado coste de los peajes del ramal que se extiende entre Puxeiros y Tui. En función de su tamaño y características, un trailer paga hasta 5,9 euros por recorrer un trecho de apenas 30 kilómetros, factura a la que se suma el combustible.

Los últimos datos oficiales de la Dirección General de Carreteras muestran que por el tramo de AP-9 comprendido entre Vigo y Tui circulan hasta siete veces menos camiones que la media de las autopistas del país. En 2017 las concesionarias estatales registraron en los viales que gestionan unos 19.153 vehículos diarios. De ellos 2.682 eran transportes pesados, lo que representa alrededor del 14%.

Ese mismo año Fomento realizó cinco mediciones en diferentes puntos de la AP-9 entre Vigo y Tui. Los resultados muestran cómo la afluencia de transporte pesado disminuía a medida que los expertos se acercaban a la frontera. En los primeros, situados en el entorno de Cabral, se rozaban los 4.600 camiones diarios, el 10,6% del tráfico total. Pasado O Rebullón el dato bajaba a unos 1.100 -el 5,9% del conjunto de tránsitos-, después del parque empresarial de Mos eran ya 754 (9,5%) y a la altura de As Gándaras, en Porriño, se quedaba en 377 (9,4%). El dato contrasta con el volumen de camiones registrado a esa misma altura en la A-55, por donde en 2017 circulaban una media de más de 4.300 transportes pesados cada jornada, el 9,9%.

Desde hace años los profesionales dedicados al traslado de mercancías insisten en la necesidad de activar bonificaciones que incentiven el uso de la autopista. Un turismo paga 2,7 euros por usar el ramal entre Vigo y Tui y un camión, dependiendo de su tamaño y características, 4,45 o 5,9 euros. El precio de esos 30 kilómetros escasos contrasta con el que pagan los usuarios de los más de 100 kilómetros de la autopista AP-4 entre Sevilla y Cádiz, donde abonan -dependiendo de su tipo de transporte pesado- 13,1 o 14,55 euros.

Conjunto de la concesión

Las consecuencias de esa política tarifaria no solo se notan en el sur de la provincia. Se perciben en el conjunto de la Autopista del Atlántico, por donde -según el último balance publicado por Fomento- en junio transitaban 25.200 vehículos, de los que solo 2.100 se correspondían con transportes pesados, el 8,3%. Por el conjunto de las autopistas estatales circulaban una media de 19.100 automóviles, entre los que se incluían 3.500 camiones, el 18,2% del total.

A pesar de que la AP-9 vertebra Galicia, su falta de éxito entre los transportistas se debe a los peajes. Entre Vigo y A Coruña un camionero paga 27,9 euros si va al volante de furgonetas y camiones de tres o dos ejes, además de autocares; y 35,4 si maneja vehículos de mayor tamaño. El último anuario sobre autopistas Fomento -elaborado con datos de 2017- muestra que la AP-9 es la tercera vía estatal concesionada con un trayecto más caro. Los 43,75 euros que pagaba entones un camión de gran tamaño entre Ferrol y Tui solo los superaban los 66,9 de la AP-68 entre Bilbao y Zaragoza y 52,55 de la AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo. Para camiones y buses de menor tamaño también resultaba algo más cara la AP-7 en el tramo Tarragona-Valencia.