Los peajes se confirman como una fuente de ingresos suculenta para las concesionarias que los gestionan. A uno y otro lado de la Raia. El último anuario oficial publicado por el Ministerio de Fomento, con datos de 2017, constata que Audasa -la gestora de la AP-9- ingresó ese año 140,75 millones de euros en gravámenes, lo que le permitió lograr un resultado final de 44 millones. Los últimos datos del sector en Portugal corroboran que el negocio de los peajes es igualmente suculento en el país vecino. Según una información recogida por el diario luso Correio da Manha, las concesionarias viarias de Portugal recaudaron el año pasado 1.114 millones de euros, lo que superaría en 79 millones el volumen de ingresos de 2017. Por término medio, las concesionarias ganarían unos tres millones de euros por jornada.

La empresa que se lleva el mayor pellizco es Brisa, que sumaría una recaudación de 592,6 millones de euros, casi la mitad de los fondos ingresados. Le seguiría Lusoponte, con unos 82,3 millones reucadados.

Desde octubre de 2010 Portugal cobra peajes por el uso de la autovía A-28, que enlaza el norte del país con Oporto y por donde circulan a diario cientos de conductores del área de Vigo en sus desplazamientos a Portugal para acudir a los municipios fronterizos, el área de Oporto, el aeropuerto Sá Carneiro, el puerto de Leixoes... La otra principal via para circular entre Galicia y el norte portugués es la autopista A-3, que también soporta peajes.