El pasado juega en contra de la oferta de acercamiento con la Xunta formulada por Abel Caballero. El alcalde lo recordó ayer. En 2015, tras la celebración de las elecciones municipales, accedió a entrevistarse con Alberto Núñez Feijóo para trabar acuerdos beneficiosos para Vigo. Y el resultado, dijo, fue la nada. "Cero". "No cumplió ninguno de los acuerdos", censuró el regidor. Cuatro días después de dejar sobre el tapete una propuesta de diálogo para poner un punto de inflexión a las habituales fricciones entre el Ayuntamiento y el Gobierno autonómico, de momento ha habido solo declaraciones. Feijóo reconoció el jueves que entenderse con Caballero sería lo "más útil" para la ciudad. "Ojalá sea posible", expresó. En Praza do Rei, al echar la vista atrás, desconfían: "Ya no me fío de su palabra", le reconvino el jefe del gobierno local.

Caballero dio acuse de recibo a la respuesta del presidente de la Xunta y se situó en el intento fallido de 2015 para justificar su escepticismo. El lunes 6 de julio de aquel año se sentaron en la misma mesa después de seis años sin celebrar una cumbre bilateral. Fueron dos horas y media de reunión, a la que al alcalde acudió con una carpeta de hasta 16 asuntos, como el relanzamiento del Área Metropolitana, las techumbres en los patios de 25 colegios públicos, mejoras en los viales autonómicos o un intento -al final desencuentro- de modificar el rumbo de la Xunta en la política aeroportuaria o en el Álvaro Cunqueiro. "Queremos seguir siendo útiles y mejorar en Vigo los servicios públicos", valoró Feijóo entonces. "Abrimos una vía de diálogo para buscar solución a temas pendientes", añadió Caballero.

De aquellas palabras -algunas casi idénticas a las de la actualidad-, a juicio del Concello, no se pasó a los hechos. Caballero, tomando el adjetivo empleado por el mandatario autonómico, rebajó la "utilidad" de aquella aproximación a "cero" y aseguró que "no atendió ninguna de las cuestiones que habíamos hablado", incluso llegando a "obstaculizar e impedir acciones en la ciudad". Exactamente el mismo reproche le dedicó Feijóo al regidor: el de poner "obstáculos" a los proyectos y las inversiones de la Xunta.

En la lista de agravios, el alcalde reseñó precisamente el estado en que se encuentra el Área, en la primacía de las subvenciones autonómicas a vuelos en Santiago, en abocar al Ayuntamiento "a pagar el 66% de la política de Dependencia", en no haber realizado un trasvase de emergencia, o en haber "obstaculizado" con otra candidatura las aspiraciones de Cíes a Patrimonio de la Humanidad. "Por poner algunos ejemplos". "Muchas de estas cuestiones se hablaron después del año 2015 y no cumplió ninguno de los acuerdos. Por tanto, el diálogo no valió para nada en esta ciudad. Yo exijo hechos, no le regalo fotos. Ya no me fío de su palabra", descargó.

También tuvo respuesta a la indirecta de Feijóo acerca de lo "fácil" que es reunirse y conversar con otros alcaldes, algunos socialistas como Caballero, caso del compostelano Sánchez Bugallo. "Normal, es [la ciudad] a la que le dedica los recursos la Xunta (...) Si a Vigo le dieran 2,5 millones en concepto de mayor ciudad de Galicia como le dan a Santiago por ser la capital, que no digo que se los quiten, ya me vale".

Por último, el responsable del Ayuntamiento insistió en que Feijóo "todavía" no se había percatado de que "en Vigo no lo queremos". "Esta ciudad no lo quiere porque nos está castigando", finalizó.