Quedó patente en la intervención de Caballero del pasado martes: el Ayuntamiento tiene voluntad de iniciar una colaboración con el Gobierno gallego que desemboque necesariamente en "acuerdos, avances y cumplimientos". En "hechos", en definitiva. Lo contrario no llevaría a buen puerto una intentona puesta encima de la mesa por el alcalde en términos muy explícitos, teniendo en cuenta los cruces de reproches que se suelen dedicarse ambas administraciones. "Nuestra oferta está ahí", sentenció en Castrelos. Ayer, las mismas condiciones fueron recalcadas por María José Caride, la teniente de alcalde. "El gobierno local reitera que esta cooperación no está en hacerse fotos, sino en los acuerdos, los hechos y los cumplimientos con la ciudad", insistió la también edil de Urbanismo del Concello.

Caride colocó la pelota en el tejado de Feijóo. Señaló que los "hechos" de los que depende el desbloqueo de la situación entre San Caetano y Praza do Rei "pueden tener una visibilización inmediata con decisiones que solo dependen de la voluntad del presidente Feijóo y de que abandone su estrategia de castigar a la ciudad". Según manifestó la concejal, "hay que reseñar que todos los compromisos que asumió en 2015 el presidente de la Xunta fueron manifiestamente incumplidos".

Después de que Corina Porro fuera la primera en responder a Caballero, la teniente de alcalde también aclaró que su elección para "coser" el PP dista de la reclamación de los vigueses, expresada en las urnas, para que la Xunta cambie de rumbo. Y ese es un cambio que solo lo puede ejecutar "quien preside el Consello de la Xunta". "Por más declaraciones vacías de contenido que haga cualquiera de sus cargos intermedios", zanjó Caride, es Feijóo "quien tiene que hablar de la primera ciudad de Galicia".