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Los universitarios creen positiva la docencia en la ciudad pero piden "planificación y diálogo"

Los estudiantes apuntan al problema del transporte y defienden que su presencia beneficiaría a Vigo -Los trabajadores, divididos entre los que ven una oportunidad o un gasto ineficiente

El Rectorado prevé abrir la sede de O Berbés antes de que finalice el año. // Alba Villar

Los universitarios creen positiva la intención del rector de extender la docencia desde el campus a edificios cedidos en la ciudad como los antiguos juzgados e incluso construir alguno nuevo si cuenta con socios institucionales. "Un acercamiento siempre sería bueno para nosotros y también para Vigo, le daríamos una presencia más juvenil y universitaria. Sobre el papel favorece a todos", valora Daniel Couto, presidente del Consejo Estudiantil.

El proyecto de Reigosa se encuentra en su fase inicial, tal y como explicó en su entrevista a FARO, y lo único cerrado hasta el momento es un acuerdo verbal con la Xunta para la cesión de la sede judicial. Pero el Concello ya ha mostrado su mano tendida a la Universidad, además de proponer la colaboración de Zona Franca.

Los estudiantes apoyan al rector, pero piden "planificación y diálogo" con su colectivo. "Se nos tiene que escuchar. No se puede pretender impartir una docencia de calidad si no se nos tiene en cuenta. Y es necesario estudiar qué títulos se pueden trasladar a Vigo y cuál sería su coste", defiende Couto.

"Si nos fijamos en las ramas con más alumnos matriculados, las ingenierías son las que aportan más estudiantes. Y el campus histórico de Torrecedeira hay que potenciarlo. Pero también se podrían elegir los emplazamientos según la orientación de los estudios y la relación que puedan tener con el entorno", plantea el presidente del Consejo Estudiantil.

Uno de los argumentos compartidos por el rector y los estudiantes para acercar la docencia a la ciudad es el transporte. "En septiembre empezaré mi quinto año en el campus y el precio siempre ha ido en aumento. Nos cambian los horarios y las rutas a menudo y nos enteramos de casualidad. Y en ciertas épocas el número de lanzaderas se reduce muchísimo. Desplazarse al campus supone un gasto económico y de tiempo. Y la calidad del servicio deja mucho que desear. A todos nos ha pasado quedarnos alguna vez tirados en un autobús", destaca Couto.

A pesar de apoyar la propuesta, los estudiantes no dejan de subrayar la "incongruencia" que supone que el mismo equipo de gobierno "que durante un año ha dicho que no quería hacer política de ladrillo" apueste por nuevos edificios.

Una paradoja que también subrayan algunos de los representantes de los trabajadores de la institución. Xan Cebro, delegado de CIG y presidente de la Junta de Personal de Administración y Servicios (PAS), tilda de "ocurrencia" el aumento de la docencia en Vigo.

"No tiene sentido aceptar edificios cedidos para después buscarles un contenido con todos los gastos que conlleva de dotación de personal y mantenimiento. Antes de tomar una decisión así hacen falta estudios económicos y de planificación. Y también del impacto en los alumnos", reclama.

"¿Qué titulaciones o cursos se escogerían? Serían una isla en el centro de la ciudad. Y además no todos los alumnos viven en Vigo, muchos llegan desde O Morrazo o Pontevedra. Lo que sí habría que tener en Vigo es una oficina de trámites administrativos y de información y fomentar actividades culturales o de ocio con el apoyo del Concello. Así sí se viviría la Universidad en la ciudad", plantea Cebro.

"En el programa electoral eran contrarios al ladrillo. No percibo una estrategia, parece que el equipo de gobierno va a salto de mata aceptando los edificios que le dan e implantando los títulos que le apetecen a los políticos en lugar de decidir primero hacia dónde vamos y ver después qué tenemos y qué necesitamos. Mientras otras universidades optan por la concentración de facultades aquí queremos más. Es un desatino", critica Pedro Pablo Gallego, representante del sindicato AGPTU en la Junta de Personal Docente e Investigador (PDI).

Contrapone además el "tremendo coste" que supone mantener un edificio al incremento del gasto en las políticas de personal que anunció el equipo rectoral en el último Claustro o el elevado número de jubilaciones que tendrá que afrontar la institución en los próximos años. "En Biología se van a ir el 27% de los profesores", pone como ejemplo.

Arturo Parada, secretario xeral de UGT en la UVigo y miembro de la Junta de PDI, también considera "urgente" promover políticas activas de renovación de la plantilla pero se muestra más partidario de los planteamientos de Reigosa y recuerda las "quejas recurrentes" de los estudiantes sobre la deficiente comunicación con el campus.

"Basta pasarse por el área comercial del campus para ver cómo ésta ha languidecido en los últimos años, lo cual es un síntoma claro. Que el nuevo equipo de gobierno intente que la universidad tenga más presencia en la ciudad parece razonable. Y es un atractivo añadido para los estudiantes extranjeros, que deberían ser muchos más de los que son", comenta.

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