La Unidad de Dolor del servicios de Anestesiología y Reanimación del Hospital Meixoeiro ha implantado con éxito, y por primera vez en Galicia, un neuroestimulador diseñado para tratar a los pacientes afectados por el dolor crónico. Los doctores María Vieito y Alfonso Carregal fueron los encargados de llevar a cabo la operación, que aventaja al Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) en el uso de esta tecnología.

El neuroestimulador -insertado en la columna del paciente- está pensado para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren un dolor crónico. En España se calcula que padecen esta enfermedad alrededor del 17% de los ciudadanos, con las consecuencias que ello conlleva para el desgaste de la esfera emocional del paciente, y también para su ámbito personal y laboral. Es más, la tasa nacional de depresión en casos de dolor crónico es del 29%, uno de los índices más altos. El 22% de los pacientes también pierde su puesto de trabajo.

"El impacto en la calidad de vida puede ser devastador. No solo puede causar una discapacidad importante, sino que puede aumentar el riesgo de trastornos psicológicos como depresión o ansiedad. Muchos afectados pierden la capacidad de conciliar dormir, trabajar y funcionar con normalidad", explica Alfonso Carregal, uno de los especialistas que realizó la operación en el Meixoeiro.

La intervención consistió en la implantación de unos electrodos en la médula espinal -cerca del espacio epidural, más concretamente- capaces de producir, gracias a un generador, un estímulo eléctrico para modular la señal del dolor. El objetivo es que ésta no alcance finalmente el cerebro En algunos casos, el neuroestimulador puede eliminar al 100% el dolor. Una de las grandes ventajas del neuroestimulador es la posibilidad de aplicar tipos diferentes de terapia -simultánea o secuencial- en uno o varios puntos.

Para minimizar posibles efectos adversos, el paciente también cuenta con un mando a distancia desde el que enviar sus observaciones o personalizar la estimulación. "Tanto a nosotros como a los pacientes nos facilita centrarnos específicamente en una zona dolorosa o en varias, con el fin de adecuarnos a las necesidades de la persona", concluye el doctor Carregal.