El bloqueo urbanístico en el que estaba sumida la ciudad desde que una sentencia del Supremo tumbó hace cuatro años el Plan General del 2008 ha llegado a su fin. El interminable proceso burocrático para subsanar el vacío que provocó ese fallo judicial terminó ayer después de que el pleno de Vigo aprobase definitivamente la ordenación provisional, un instrumento urbanístico que permitirá edificar en 50.000 parcelas pertenecientes a unos 48.000 propietarios. Esta ordenación permitirá afrontar obras de gran calado, como la reforma de la grada de Marcador del estadio de Balaídos o el nuevo edificio residencial de diez plantas en la antigua nave de Cordelerías Mar y que será un gran paso para avanzar en la recuperación del entorno de Jacinto Benavente. A estas actuaciones hay que sumar las que se pueden hacer gracias a sus respectivos planeamientos, como la rehabilitación del Barrio do Cura y de La Panificadora.

Según la concejala de Urbanismo de Vigo, María José Caride, la aprobación del nuevo instrumento urbanístico es un momento "muy importante", porque "muchas familias vieron truncados sus proyectos vitales con la anulación del PXOM al no poder edificar en sus parcelas ni poder venderlas". Caride recordó que la ordenación provisional impulsada por el Concello ha tenido una "gran aceptación social". Pese a notificarse a casi 50.000 familias, solo se recibieron 428 alegaciones, de las que un 10% fueron aceptadas. La responsable del urbanismo vigués recordó que el PXOM del 2008 había recibido 60.000 alegaciones y que, además, carecía de vivienda protegida.

Ahora, todos los ciudadanos con parcelas afectadas por el nuevo instrumento urbanístico pueden acercarse ya al Concello para presentar su solicitud de licencia y la documentación necesaria para poder edificar.

Haz click para ampliar el gráfico

Según informó la titular de Urbanismo, el gobierno municipal tendrá ya listo este año el borrador del nuevo PXOM y el documento inicial estratégico. Caride reconoce que, aunque los plazos son "muy ajustados", el Concello estará en disposición de aprobar su nuevo Plan General a comienzos del 2023, dentro de tres años y medio, el máximo que permite la ley. La ordenación provisional estará vigente hasta la aprobación del nuevo PXOM siempre y cuando se cumplan esos plazos.

El portavoz del PP, Alfonso Marnotes, manifestaba ayer en el pleno que la aprobación de la ordenación provisional servirá para "poner fin a la parálisis" urbanística en la ciudad. Una parálisis que, según el popular, ha provocado la pérdida de "proyectos vitales" y del tren de la "recuperación económica". Marnotes, además, indicó que "ahora se pone en marcha un cronómetro" para la aprobación del nuevo Plan General, que espera que sea acordado y dialogado con los vecinos y los diferentes sectores sociales de Vigo.

Tanto Marea de Vigo como BNG mostraron su frontal rechazo a la ordenación provisional aprobada ayer. Rubén Pérez, de Marea, predijo que el documento aprobado ya de forma definitiva se iba a encontrar con diferentes procedimientos judiciales en contra y que "no resuelve el urbanismo de Vigo". Por su parte, el nacionalista Xabier Pérez Igrexas valoró que se trata de "una trampa urbanística" y afirmó que el Ayuntamiento no será capaz de cumplir con los plazos "imposibles" para la redacción de un nuevo PXOM.