Pequeños cambios en el entramado eléctrico de la ciudad pueden dar resultados sorprendentes. Un claro ejemplo son los semáforos. En Vigo hay más de un millar. Hace una década, cuando la tecnología led comenzaba a introducirse y ya se "vendía" como el futuro de la iluminación, el Concello de Vigo quiso ser pionero y apostó por cambiar toda la red semafórica para incorporar este tipo de luminarias. Los beneficios fueron casi inmediatos y a día de hoy, pese a haberse también incrementado el número de unidades, al igual que las farolas, paga a final de año casi un 60% menos que entonces.

En 2008, un año antes de haber comenzado a cambiar las ópticas de los semáforos, abonó más de 160.000 euros . A día de hoy paga 68.000.