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La contratación de jóvenes en Vigo da un "estirón": se sitúa en niveles de 2010

Este año se registró el mejor junio de la década entre chavales de 16 y 19 años - Un tercio eran de hostelería y el 92% temporales

En los años de la crisis cobraron fuerza algunas imágenes que intentaban retratar el empleo joven. Se habló de los ni-nis -los adolescentes que renegaban del trabajo y los estudios-, de los obreros que aparcaron los libros para ganar generosos sueldos en el bum inmobiliario y hasta de los minijobs: ocupaciones parciales para ir capeando el temporal. Pero lo cierto es que el mercado laboral entre las capas más nuevas de la población activa sufrió. A día de hoy, una década después, la contratación asciende a buen ritmo. Como si pegara su particular "estirón", el pasado mes de junio se firmaron tantos contratos entre muchachos de entre 16 y 19 años como en el 2009, y este primer semestre arroja las cifras más elevadas desde 2010.

Claro que, los registros del Servicio Público de Empleo (Sepe) merecen matices: la mayoría de los contratos son temporales y, en esta mitad del ejercicio, un tercio están adscritos a la hostelería. Es lo que surge si se afina la lupa. Si se aleja, es decir, si se analizan las cifras totales, los contratos tienen viento de cola. En el municipio se sellaron 363 en el mes que da inicio al verano (203 en hombres), de los cuales 49 se vincularon al comercio al por menor y 113, despuntando, estaban ligados al "servicio de comidas y bebidas", por emplear la terminología del Sepe. Entre estos últimos, pese a que oficializaron entre tres y cuatro por cada día del mes, solo nueve resultaron ser indefinidos.

Para encontrar una cifra similar hay que remontarse al estallido de la recesión. En junio de 2009 -última anualidad disponible en el portal del servicio público- se suscribieron 372 contratos, mientras que un año después la cifra se redujo a 353. La peor coyuntura laboral para los recién incorporados a la población activa se vivió en 2012, con solo 113 contratos.

El análisis no varía sustancialmente si en lugar de tomar junio como referencia, cuando el turismo entra en temporada alta y se inician campañas como las rebajas, se sitúa el foco sobre el semestre. Ahí la tendencia es muy similar. Desde que arrancó 2019 se sellaron 1.566 contratos, rozando el hito de 2010, cuando por entonces se formalizaron 1.616 En otra perspectiva, son casi el triple de los anotados la primera mitad de 2013, el peor año de toda serie, con 515.

Para los expertos, la explicación a este crecimiento responde a varias hipótesis. Alberto Vaquero, profesor de Economía de la UVigo, señala que "desde enero se han derogado muchas medidas contractuales e incentivos a la contratación, pero se mantienen las ayudas a menores a 30 años". Y agrega: "El contrato para la formación y aprendizaje queda como única opción bonificada para desempleados inscritos en las oficinas de empleo". Vaquero no descarta también la posibilidad de que los contratos firmados, al ser parciales en su mayoría, no signifiquen una reducción del desempleo en la misma proporción.

Por otro lado, la secretaria de coordinación sectorial y territorial de FESMC-UGT en Pontevedra, Eva Rojas, apunta al hecho de que la mayoría de contratos se producen en sectores que "no requieren mucha formación". En el comercio, área que conoce bien, Rojas asegura que grandes firmas "tienden a contratar a gente joven con contratos parciales", que sirven como su primera experiencia laboral. "Hay precarización en la temporalidad, con contratos que no te dan para vivir", denuncia.

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