La Comisaría de Vigo-Redondela recibe hoy a 30 policías en prácticas que prestarán servicio hasta junio de 2020. Su llegada supone un gran refuerzo en la mermada plantilla, que continúa con un déficit del 20% de personal, en unas fechas en que hay muchos agentes de vacaciones. El mayor problema de estas incorporaciones es, según el sindicato SUP, que no hay chalecos antibalas individualizados para todos ellos, debido al parecer, a un problema administrativo de licitación, lo que ha supuesto que esta promoción de 3.200 policías salgan de prácticas "sin este imprescindible elemento de seguridad".

Casi cinco años después del asesinato en Vigo de la agente Vanesa Lage, en el tiroteo realizado por un atracador de bancos, el sindicato sostiene que el problema que movilizó a miles de agentes no se ha resuelto. De ahí que muchos nuevos policías hayan optado por comprarse el chaleco ellos mismos, su precio es de unos 600 euros, y que agentes veteranos les cedan el suyo particular al contar con otro facilitado por Interior.

"Nos consta que por parte de la Dirección General se han dado instrucciones para que se les dote de chalecos colectivos, pero este tipo de chalecos son de talla única y unisex, válidos para casos puntuales estáticos y por un espacio breve de tiempo pero inoperativos para un servicio dinámico de patrulla y peligrosos de tener que correr o desenfundar el arma.