Casi cuatro años después de su cierre, el policlínico Cíes volverá a tener actividad, aunque no la que ansiaban los responsables del Sindicato de Pensionistas de CC OO. La Tesorería de la Seguridad Social ha llegado a un acuerdo con la gallega Ibermutua para la cesión de las instalaciones de la avenida de Madrid para desempeñar su actividad en la ciudad, según indicaron ayer varias fuentes, que apuntaron que la compañía ya ha encargado un proyecto arquitectónico de reforma para adaptar las dependencias del edificio a sus necesidades.
Con este acuerdo, se esfuma la propuesta defendida por CC OO de aprovechar el antiguo policlínico para crear una residencia de ancianos en la zona. La central sindical denuncia la falta del apoyo de las administraciones públicas y de los partidos políticos a un proyecto crucial para un área de Vigo con más de 88.000 personas mayores de 65 años y un déficit crónico de plazas públicas de geriátricos.
"El capital privado sí se está moviendo, con residencias que pueden llegar a cobrar 2.500 euros o más al mes", critica Tito Ucha, responsable de Pensionistas de CC OO Galicia. Este incide en que una vez descartado el policlínico Cíes, desde el sindicato se seguirán explorando otras posibilidades en el casco urbano vigués para convertir antiguos inmuebles en desuso en residencias para mayores, y que tienen localizadas algunas alternativas en calles como O Calvario. Ucha insiste en la necesidad de que tanto las administraciones como las fuerzas políticas pongan de su mano para solucionar este problema, y da un dato: en Vigo hay 145 personas mayores por cada plaza pública de residencia existente, a la cola del espacio comunitario. El sindicato volvió a protestar ayer frente al edificio de la Xunta en Vigo.
Con independencia del proyecto de CC OO, el policlínico Cíes, cerrado en 2015 tras la reorganización del área sanitaria con motivo de la apertura del Cunqueiro, recuperará la vida de mano de Ibermutua, que ahora tiene sus instalaciones en Rosalía de Castro. La mutua ha llegado a un acuerdo con la Tesorería de la Seguridad Social, que trató en vano de enajenarlo varias veces mediante subasta pública, con un precio de salida de 3,5 millones de euros.
El edificio, incluido en el catálogo del anulado Plan Xeral de 2008, fue construido en 1967. La ciudad estaba experimentando un fuerte crecimiento y las dotaciones sanitarias, cada vez más demandadas, se quedaban cortas. Fueron dos traumatólogos, un cirujano cardiovascular, un cardiólogo y un anestesista los que decidieron crear un sanatorio médico quirúrgico y confiaron su construcción a Xosé Bar Boo, uno de los introductores de la modernidad en la arquitectura gallega, adaptándola al entorno y la tradición.
