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La inmigración hace repuntar el censo de Vigo

La ciudad gana 700 extranjeros, en su mayoría sudamericanos - Navia, la cuna local: un tercio de sus residentes no pasa de los 20 años

Oficinas de empadronamiento en Vigo. // R. Grobas

Vigo gana habitantes gracias a la inmigración y el empuje de algunos barrios, como el polígono residencial de Navia. El censo municipal de 2019, que muestra la "foto" poblacional de la ciudad a 1 de enero, revela que el año pasado el municipio sumó 1.300 vecinos hasta alcanzar los 298.054. Aunque el balance es positivo esconde una realidad en sintonía con el "invierno demográfico" que sacude a Galicia, España y buena parte de Europa: mueren más personas de las que nacen y, por término medio, la población es cada vez más anciana. Según los datos recabados por el servicio estadístico del Ayuntamiento, durante 2018 nacieron 2.000 personas y murieron algo más de 2.800, lo que arroja un saldo negativo de 817 personas. En cuanto a las edades, si a comienzos de 2018 la población que puede jubilarse representaba el 20,7% del total, el pasado enero suponía ya el 21,1%. Progreso similar experimentó el otro pico de la pirámide, el de los vecinos más jóvenes, que mermó ligeramente. Aunque se trata de apenas unas décimas constata una tendencia clara.

Si el padrón local consiguió capear esa pérdida de habitantes fue en gran medida por la llegada de extranjeros, principalmente de países de Sudamérica. A comienzos de año residían en Vigo 15.279 personas nacidas más allá del Miño, el Atlántico, los Pirineos o el Mediterráneo. Es el segundo dato más bajo desde 2007, pero arroja un repunte significativo si se compara con el de enero de 2018, cuando el Concello contabilizaba en la ciudad 14.542 foráneos. En cuestión de solo 12 meses el colectivo inmigrante de Vigo creció así en 737 personas, lo que ayuda a paliar el saldo negativo de nacimientos, que arrancó el año en su peor nivel desde al menos 1997, primer ejercicio que documenta el Concello.

El aumento de población extranjera lo impulsa en gran medida el colectivo americano, que entre enero de 2018 y 2019 creció un 15,3% hasta rozar las 7.700 personas. En la práctica, el incremento se traduce en que cada jornada se asentaron en Vigo casi seis americanos más. Destaca en especial el repunte de venezolanos, colonia que ha experimentado un aumento notable coincidiendo con la crisis durante el gobierno de Nicolás Maduro. El repunte de venezolanos, brasileños, colombianos... ha permitido de hecho al colectivo americano consolidarse como el más numeroso de Vigo, por encima del europeo. Una posición que ya había recuperado el año pasado tras un lustro.

Las colonias africanas y asiática también crecieron ligeramente hasta sumar 1.599 y 862 personas, mientras que la formada por inmigrantes europeos descendió un 7,2% y arrancó enero con 5.139 integrantes, el dato más bajo desde 2007. Gracias principalmente a la llegada de migrantes de Europa del Este -la moratoria laboral para rumanos y búlgaros finalizó a comienzos de 2014- la colonia europea llegó a superar las 7.800 personas en 2017.

Aunque las fluctuaciones en la población inmigrante suelen estar relacionadas con las de la propia economía -en 2010, antes de que la crisis empezase a destrozar empleo, el Concello contabilizaba más de 17.800 extranjeros, dato que en solo un lustro bajó a 15.900-, en ocasiones responde a motivos administrativos. En 2011, por ejemplo, el Concello borró del padrón local a cerca de mil extranjeros ilocalizables para cumplir con la Ley de Extranjería y las resoluciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). En abril de 2017 se apuntaba también que el observatorio estatal podría dar de baja a alrededor de 3.000 residentes de nacionalidad comunitaria que tampoco habían demostrado que continuasen viviendo en la ciudad.

Otro fenómeno habitual es que los datos del padrón elaborado por el Concello no coincidan con los que prepara el INE. Aunque el observatorio estatal aún no ha divulgado de forma oficial su censo actualizado, a finales de junio el alcalde, Abel Caballero, avanzó que el instituto fijará el padrón en 295.323 personas, lo que afianzaría la tendencia positiva que registra Vigo desde 2016, cuando tocó fondo -de acuerdo con el INE- con 292.817 residentes. Entre el cálculo de los servicios estadísticos local y estatal habría así una diferencia de 2.731 personas. En 2014 ese margen llegó a ser de casi 3.300 y en 2018 se situó en 3.100. Los técnicos de Praza do Rei contabilizaban 296.767 residentes frente a los 293.642 del instituto.

Una de las lecturas positivas que deja el padrón municipal es el crecimiento de ocho de los nueve distritos en los que se divide la ciudad. Solo pierde población Teis, que a lo largo de 2018 vio cómo se despedían de la parroquia casi un centenar de personas, lo que sitúa su censo en 27.800 vecinos. En el polo opuesto el que más crece es el de Casablanca-Venezuela, que durante el mismo período pasó de 33.525 a 33.987 residentes, lo que arroja un repunte del 1,4%. Buena prueba de la influencia de la inmigración en el crecimiento de Vigo es que el distrito de Casablanca-Venezuela es precisamente el más internacional de toda la ciudad. En sus casas reside el 21% de toda la población extranjera de Vigo, que representa el 9% de su vecindario. En el ámbito de Matamá-Beade-Bembrive-Valadares-Zamáns los inmigrantes suman apenas el 1,7%.

Al igual que en los últimos años, en el padrón local destaca el PAU de Navia por dos razones: su crecimiento y la juventud de su censo. En enero de 2018 el polígono residencial contabilizaba 9.383 personas; un año después eran ya 9.566, lo que arroja un repunte del 2% en solo 12 meses. Un tercio de su población (33,2%) no llega además a los 20 años, porcentaje que en el conjunto de la ciudad desciende al 18,1%. Los datos actualizados por el departamento municipal de estadística muestra de hecho que el 21,1% de los residentes superan de hecho la edad de jubilación y que hay alrededor de 800 personas con más de 96 años.

La parroquia más poblada, por detrás del centro de Vigo, es sin embargo Lavadores, con 17.768 residentes; la menos concurrida Zamáns, con 844. Arrojan también saldos positivos Bouzas, con 5.757 habitantes, una treintena más que un año antes; y Coia, que ganó un centenar y medio hasta los 29.240.

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