Vigo es una ciudad que atrae a turistas nacionales y extranjeros, sobre todo en fechas estivales. La atracción reside para muchos en sus playas o parajes, para otros, en todas las actividades que ofrece. Pero en lo que todos coinciden es en el gusto por su gastronomía. Los productos de las Rías Baixas que se pueden probar en muchos establecimientos de la ciudad llevan implícitas dos palabras: calidad y sabor. Y gracias al boca a boca -la mejor campaña publicitaria- su fama está trascendiendo fronteras. Es por eso que la mayoría de los turistas -cerca de 100 pasajeros y 95 personas de tripulación- que llegaron ayer en el crucero Seadream I al Puerto de Vigo, tenían clara su prioridad. Antes que darse un paseo por el Casco Vello o el ensanche de la ciudad, querían probar los productos y recetas gastronómicas típicas de la comunidad.
El perfil de los viajeros de este barco es muy variado, tanto en la edad -viajan en él desde parejas jóvenes hasta grupos de jubilados- como en su procedencia. En su mayoría, los cruceristas de Seadream I son de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y países nórdicos, como Noruega.
David, Joanne, Anna y John son cuatro australianos que viajan a bordo. Este es el primer viaje que realizan en el lujoso crucero y están encantados con las instalaciones del barco y el trato del personal. "Seguro que repito en otra ocasión", comenta Joane. Han esperado al mediodía para acercarse hasta A Pedra, conocida también como "La calle de las ostras", porque, precisamente, esto es lo que quiere hacer el grupo: degustar el sabroso molusco de la ría: "Nos han hablado de hacer la ruta de las ostras y a todos nos encantan. En Australia es muy difícil comerlas". Este, puede que sea uno de los mayores reclamos turísticos para los cruceristas que vienen a Vigo cada temporada. La tradición dicta que los moluscos se compren a las ostreras que mantienen sus puestos en la calle, para que luego se degusten al natural en las mesas de los establecimientos de la zona. Otro grupo, en este caso procedentes de Nueva Zelanda y de Tasmania, en Australia, comentan que no es la primera vez que vienen a nuestro país, pero sí la primera que visitan el norte. Dicen que sus paisajes y sus costas les están llamando mucho la atención, pues no tenían esta idea sobre el paisaje de España. "Hemos estudiado un poco el mapa antes de bajar del barco y queremos descubrir la ciudad y la zona vieja, probar las ostras típicas de esta zona y también probar vuestro vino blanco. Hemos escuchado que es muy bueno", explican. Una joven pareja noruega aprovecha el día en Vigo para pasear por el centro de la ciudad y hacer algunas compras en las tiendas de souvenirs. "Mi madre es española y me ha hablado del Camino de Santiago. No tenemos tiempo para hacerlo, pero sí que me gustaría llevarme una concha de peregrino para ella y otros recuerdos típicos de Galicia", comenta Frederik.
Otros cruceristas, en cambio, saben al bajar del barco cuál será su primera parada. "Conozco la ciudad, he leído sobre ella. Sigo muy de cerca al Celta de Vigo porque mi futbolista favorito -Dan Eggen- jugó en él. Quiero comprarme un camiseta del club", explica animado un turista noruego.
El Seadream I, un crucero de 105 metros de eslora y capacidad máxima para 113 pasajeros, está concebido como un gran yate de lujo. Una noche en sus camarotes, puede alcanzar los 3.500 euros por pareja. El trato personalizado a sus viajeros lo caracteriza. Después de Vigo, el lujoso barco continúa su itinerario con destino Leixões, donde pondrá punto final a la travesía.
