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El plan de tráfico de Gran Vía variará a partir de enero para abordar la segunda fase de la obra

Se cortarán los tres carriles ascendentes y uno de bajada, al contrario que ahora -El vial volvió a registrar retenciones ayer pero sin colapso

El corte de Gran Vía volvió a provocar retenciones en el segundo día de obras pero sin colapsos. // A. Villar

La compleja reestructuración de tráfico que el Concello aplicó desde el pasado miércoles en Gran Vía no es más que el principio de un plan más amplio. La situación actual se mantendrá al menos hasta el 15 de noviembre, fecha en la que el alcalde anunció que la circulación recuperará la normalidad con motivo del inicio de la campaña de Navidad. Pero una vez que termine, los vigueses tendrá que adaptarse a una nueva regulación restrictiva en Gran Vía. Será probablemente a partir del 10 de enero, días desde el que se comenzará a trabajar a fondo en el margen derecho de la calle en sentido ascendente, lo que obligará a cambiar el dispositivo de desvíos actual.

Con el arranque de 2020 la Concejalía de Tráfico tendrá que despejar de coches el tramo de Gran Vía entre María Berdiales y Venezuela para que la UTE formada por San José y Construcciones Obras y Viales pueda trasladar la maquinaria al lado opuesto y continuar con la segunda fase de la construcción de las rampas mecánicas. Si no hubiera ningún imprevisto, se cortarán al tráfico los tres carriles ascendentes de Gran Vía y también uno de los descendentes. Justo lo opuesto a lo que hay ahora. Este cambio obligará a fijar nuevos desvíos para conseguir que los 35.000 vehículos que suben y bajan cada día por este vial no colapsen el corazón de la ciudad.

Ayer, y por segundo día consecutivo, el plan de tráfico y los más de 20 agentes de la Policía Local desplegados por la zona fueron suficientes para evitar que Gran Vía se convirtiera en un caos. En las horas punta se vivieron los peores momentos, pero sin que la zona llegara a colapsar. Las colas llegaron desde el cruce con Venezuela hasta el túnel de la Plaza de España. También se repitieron a lo largo de toda la calle México, una de las principales escapatorias; y en Cervantes, desde el cruce con Urzáiz hasta la salida de la autopista en Alfonso XIII.

La mayor prueba de fuego será a partir de septiembre una vez que miles de vigueses finalicen las vacaciones, comiencen los colegios y lleguen días de lluvia, lo que multiplicará exponencialmente el tráfico en toda esta zona y podría comenzar a provocar complicaciones.

Además, en próximos meses -incluso después de que se acaben los trabajos actuales- podría tener que volver a cerrarse la Gran Vía, ya que el primer tramo del proyecto entre Urzáiz y María Berdiales no se ha podido comenzar a ejecutar después de que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural dependiente de la Xunta lo frenara al considerar que "no es acorde con la preservación del conjunto urbano de gran valor social y cultural del que forma parte la Gran Vía" y reclamara "una nueva propuesta que haga compatible la conservación de ese patrimonio urbano con su transformación" y con los edificios catalogados en ese tramo de la calle.

Denuncia en Europa

Por otra parte, la Marea de Vigo-Son en Común llevará a Bruselas el proyecto por la "tala masiva injustificada" de árboles que llevará aparejado. Su portavoz, Rubén Pérez, cuestiona el "uso discutible" de 5,2 millones de fondos europeos de desarrollo urbano sostenible (Edusi) para la remodelación de la Gran Vía y duda del encaje en los mismos de esta "tala masiva". Incide en que directivas europeas protegen las denominadas superficies arboladas consolidadas, que en el caso de la Gran Vía los ejemplares que van a ser talados tienen más de 50 años de antigüedad.

El Concello respondió asegurando que la actuación "fue revisada por técnicos municipales" y que cuenta con los informes de ingenieros agrónomos. "Señalan un deterioro de 11 puntos sobre 12 en cada uno de los árboles analizados, por lo tanto, pueden caer en cualquier momento ocasionando un grave problema de seguridad", asegura Javier Pardo, teniente de alcalde y concejal de Fomento.

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