Primera prueba de fuego superada. El corte de cuatro de los seis carriles de Gran Vía entre Venezuela y Brasil pasadas las doce del mediodía de ayer fue menos conflictivo de los esperado. Tras cancelarse hasta en tres ocasiones y comenzar con retraso (estaba previsto para las 10 de la mañana), a la cuarta fue la vencida. Por su puesto, sí hubo colas, tráfico lento en ambos sentidos de circulación y retenciones en las horas punta. Pero la circulación no colapsó. El plan de tráfico funcionó con solvencia y los hasta 24 agentes de la Policía Local desplegados por todos y cada uno de los cruces del entorno contribuyeron a aligerarla y evitar que los conductores se quedaran atrapados. "Ha ido mucho mejor de lo esperado", coincidían en declaraciones a este periódico técnicos, agentes y responsables municipales. "La circulación está funcionando con normalidad", garantizaban ayer por la tarde fuentes oficiales del Concello.

Y, aunque Gran Vía superó esta primera prueba de fuego, lo cierto es que la de ayer era una de las menos exigentes. En próximas semanas tendrá que pasar nuevos exámenes de mayor dificultad. "Es julio y hay poco tráfico. El buen tiempo ha hecho además que la circulación se concentre más hoy [por ayer] en la zona de playas que en el centro. A esto se une que se ha venido avisando con muchas semanas de antelación, con lo que bastantes conductores ya evitaron circular por este entorno. Ahora toca esperar a que acaben las vacaciones, comiencen los colegios, explicaban a pie de calle varios agentes locales en consonancia con técnicos municipales y los propios vecinos y trabajadores de la zona. Tras el mes de agosto se espera lo peor.

Obras en la Gran Vía de Vigo: la odisea de cruzar una calle a medio gas

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Ni colapsó Gran Vía, ni tampoco las calles aledañas. Los principales desvíos, como Hernán Cortes, Vázquez Varela, México o Pizarro fueron suficientes -al menos ayer- para soportar los más de 35.000 vehículos diarios que circulan cada día de media por este tramo de Gran Vía.

El peor momento se vivió sobre las dos de la tarde, en plena hora punta. Para recorrer los poco más de 500 metros de Gran Vía que separan la Plaza de España de Urzáiz llegaron a hacer falta 10 minutos, según comprobó in situ este periódico. Habitualmente, y según recogen los datos oficiales de la Concejalía de Tráfico en su página web, este trayecto se cubre en 1 minuto y 40 segundos. En el acceso a Vigo por la avenida de Madrid también hubo colas. Si bien es cierto, estas retenciones se concentró en apenas media hora. A lo largo del resto del día la circulación fue mucho más fluida.

En sentido ascendente también llegaron a ser necesarios casi 10 minutos en hora punta para llegar de Urzáiz a Plaza de España. En este caso las retenciones se produjeron porque la gran mayoría de conductores hicieron caso omiso a la prohibición de subir por el único carril que queda abierto y que está reservado para transporte público, carga y descarga, vehículos de emergencia, residentes y motoristas. Ayer parecía un carril normal y estuvo repleto de conductores particulares. En el primer día la Policía Local no tomó medidas para evitar que se "colaran".

Acceso a la AP-9 de Lepanto

El Concello sumó una nueva recomendación para tratar de paliar los problemas en Gran Vía. Y lo plasmó en una gran panel electrónico antes de la entrada al túnel de Plaza de España en dirección a Urzáiz: "Hacia AP-9 (entrada de Lepanto), recomendado por Travesía de Vigo", rezaba. Es decir, Tráfico pide a los vigueses que eviten la entrada a la autopista de Lepanto y se dirijan hacia otros accesos para no colapsar la Gran Vía. En este caso, a través de Pizarro y Travesía para llegar a la entrada de Isaac Peral.

Igualmente, la Policía Local ha solicitado a Audasa que informe en sus paneles de la AP-9 del corte de Gran Vía por las obras y que recomiende otras salidas hacia Vigo diferentes a la de Alfonso XIII con el objetivo de no saturar esta zona.