Centenares de jóvenes aspiran cada año a entrar en el Colegio de Europa, la institución universitaria de posgrado fundada en 1949 por el pensador español Salvador de Madariaga para impulsar el gran proyecto común que cristalizó en el nacimiento de la UE. El vigués Álvaro Martín Morán, exalumno del CEIP Chans-Bembrive y el IES do Castro, ha logrado una beca Bronislaw Geremek, financiada por el Europarlamento, para cursar uno de sus másteres en el campus de Natolin, en Varsovia.
Ochenta candidatos españoles fueron convocados este año a una entrevista personal en el Ministerio de Asuntos Exteriores, la institución que se encarga en nuestro país del competitivo proceso de selección, y solo 9 de ellos lograron ser admitidos. "Cuando ves el correo del Colegio de Europa en la bandeja de entrada se te para el corazón, pero esta vez el remitente no era el mismo que el de los dos rechazos anteriores", revela Álvaro entre risas.
El joven, que se graduó en 2017 en Derecho Hispano-Francés por la Complutense y La Sorbona, se encuentra actualmente en París realizando unas prácticas en el departamento jurídico del grupo Inditex como parte de un máster cursado en la Universidad de Salamanca y la de Sciences Po, en Grenoble.
"La experiencia está siendo muy buena. Aunque la oficina no es tan grande como la de España, se trata de una empresa con gran presencia internacional y el trabajo es muy variado", comenta sobre su día a día en las oficinas parisinas de la multinacional gallega.
Acabará sus prácticas en apenas un mes y, en septiembre, iniciará en el campus de Natolin un máster de un año en Estudios Interdisciplinarios Europeos. El programa combina la historia con el derecho, la economía, las ciencias políticas, la filosofía o la literatura, entre otras disciplinas, para forjar entre sus estudiantes "una visión global de Europa".
La beca de Álvaro la concede la Cátedra de Civilización Europea y lleva el nombre del historiador y europeísta polaco Geremek como homenaje. De hecho, la mayoría de beneficiarios, al contrario que el vigués, son graduados en Historia o materias relacionadas.
La vocación del Colegio de Europa es ser la cuna de los futuros líderes de la UE, tanto en las instituciones, donde trabajan casi el 25% de sus antiguos alumnos, como en las grandes empresas. A la sede histórica de Brujas se unió en 1992 la de Varsovia y, entre ambas, suman cada curso cerca de 500 estudiantes de más de 50 países europeos y extracomunitarios.
Cada promoción lleva el nombre de destacados europeístas y la del año pasado homenajeó a Manuel Marín, que además de presidir la Comisión Europea fue alumno y profesor del Colegio. Por sus aulas también pasaron la exmandataria danesa Helle Thorning-Schmidt o el ex viceprimer ministro británico Nick Clegg.
Álvaro todavía no tiene claro su futuro profesional: "Hay tantas oportunidades que no lo he decidido aún, pero una de las salidas que más me gusta es el comercio internacional. Lo que sí querría es volver a España en algún momento".
Y tampoco duda en recomendar a otros jóvenes que vayan más allá del Programa Erasmus, cuya paternidad se atribuye precisamente a Manuel Marín, y estudien en universidades extranjeras. "Es uno de los grandes logros de la UE y ya no entiendo que la gente no participe. Pero yo recomiendo una inmersión total para conocer de verdad la realidad del país. Por eso me parece muy buena idea la creación del proyecto de universidades europeas. Es una evolución", celebra.
