El corte de Gran Vía por las obras de las rampas mecánicas se resiste. Se canceló cuando estaba previsto para la última semana de junio; se frenó in extremis el pasado lunes por la falta de señalización y, pese a que ese día el alcalde anunció que se aplicaría desde el día 8, está fecha también se ha descartado ahora y, por el momento, no hay ninguna oficial. Se baraja que pueda ser finalmente a mediados de la próxima semana.
Pero aunque el corte de cuatro de los seis carriles de Gran Vía entre Venezuela y Brasil no se ha podido aplicar, la empresa sí ha cerrado ya uno de ellos. Se trata del más pegado al bulevar en sentido ascendente. Esta restricción menor ya ha comenzado a provocar problemas de circulación en la zona, ya que se trata de un tramo por el que circulan cada día más de 15.000 vehículos que han visto reducida la capacidad del vial de tres a dos carriles.
De hecho, cuando se aplique el corte total, ningún vehículo privado podrá subir por este tramo de Gran Vía y deberán desviarse por Hernán Cortes o Vázquez Varela. El carril ascendente de la derecha quedará reservado para transporte público, residentes, vehículos de carga y descarga y motoristas. El central se habilitará en sentido contrario para que puedan bajar los coches que provienen de Plaza de España a través de un baipás que se habilitará a la altura del cruce con la calle Venezuela.
En sentido contrario, hacia abajo, se cortarán los tres carriles de Gran Vía entre el cruce con Venezuela y la calle Brasil. En total suben y bajan cada día 35.000 vehículos por esta arteria principal de la ciudad. Los desvíos hacia Urzáiz serán por la calle México.
