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Vigo genera 128.000 toneladas de basura al año

El procesado de papel, vidrio y envases sube con fuerza, pero el 90% sigue llegando del contenedor verde

Vigo genera 128.000 toneladas de basura al año

Los vigueses frecuentan cada vez con mayor asiduidad los contenedores amarillo, azul y verde de sus respectivos barrios, así como los puntos limpios. Como si la ciudad se pusiera de acuerdo en reciclar más, en una conciencia medioambiental que tiene correlato con los datos de que maneja el Ayuntamiento. En ellos se refleja un incremento generalizado del volumen total de basuras -un 2,7%-, pero el crecimiento alcanza cifras de dos dígitos si se pone el foco en la tríada del papel-vidrio-envases y en los residuos forestales y voluminosos. En global, Vigo cerró el año 2018 con 128.156 toneladas de desechos urbanos procesadas, 3.369 más que hace dos años. Si se descuentan los restos forestales, cada vecino genera cada año alrededor de 430 kilos de desperdicios. Lo equivalente casi a un contenedor de más de 1.000 litros de capacidad.

Los colectores grises o verduzcos, que son los depositarios de los residuos de fracción-resto --los mal llamados orgánicos--, han experimentado un crecimiento relativo casi estancado, de un 0,8%. Y sin embargo, siguen siendo los más importantes del proceso: el 89% de los detritos de Vigo pasa por ellos.

En 2016 guardaron 113.290 toneladas de basura, por las 114.046 del 2017 y las 114.200 con que se zanjó el balance del año pasado. Por lo pronto, en el presente ejercicio -con datos cerrados a mes de mayo- todo apunta a que el volumen de estos residuos se mantendrá sin grandes cambios. Hasta el momento no se ha vuelto a rebasar el umbral de las 10.155 toneladas que se registró en enero de 2018; récord parcial del último trienio.

Cuestión distinta sucede en las categorías más comúnmente identificadas con le reciclaje. Los residuos de papel y cartón, por ejemplo, medraron en un trienio un 35%, al pasar de 3.128,9 a las 4.255,1 de hace un año. Y la cifra parece ir en aumento. En lo que va de 2019, a excepción de marzo, se superan los registros mensuales del año pasado; hitos de una tendencia que podría aproximar el montante anual a las 4.500 toneladas.

Los desechos de vidrio, por su parte, también subieron casi un 11%, pese a que hace un año la recogida se frenó con 3.491 toneladas, 320 menos que en 2017. Estos suelen ser un tanto superiores a los envases ligeros. Con 2.873 toneladas anotados en 2018, el crecimiento de los recipientes descartados fue del 17,1% en los últimos tres años.

Pero la actividad doméstica y económica genera otro tipo de desechos que, por lo que respecta a las tablas que maneja el Ayuntamiento, reflejan comportamientos dispares. Quizá el caso más sintomático es el del estancamiento del volumen de pilas usadas -24 toneladas anuales-, que ya se ha visto superado en los cinco primeros meses de 2019 por la cantidad de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Siendo este el primer año en que se contabilizan por separado, los técnicos de Praza do Rei han computado ya 31,1 toneladas de pantallas, dispositivos, lámparas, equipos informáticos, aparatos médicos, paneles fotovoltaicos o cualquier otro objeto sólido vinculado con la electricidad.

Cuantitativamente siguen siendo menores a los residuos forestales, cuyo crecimiento es el más espectacular. De las 511 toneladas que reflejan los informes en 2016 se han pasado a las 792 del 2018. Un alza del 51% -el más elevado de todas las categorías- que en el Ayuntamiento atribuyen a una mayor restricción de las quemas de rastrojo (y en consecuencia, a una mayor demanda de los servicios de desbroce municipales) y a un repunte de la concienciación ciudadana, que ve en la maleza un riesgo para los incendios forestales. En ese sentido, también podrían encajar aquí las reformas introducidas por la Xunta para requerir la limpieza de las franjas de seguridad. Así se justifica por qué en el mes de abril - cuarto del año, y semanas antes de que finalizara el plazo otorgado por el Gobierno gallego para los desbroces- ya se había superado la mitad del cómputo total de 2018.

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