Una tónica habitual del verano son además de los desplazamientos a Samil y las fiestas y romerías populares, las bodas, tanto religiosas como civiles. Para éstas últimas, hay que iniciar el expediente en el Registro Civil, acudir en segunda instancia con los padrinos y finalmente decantarse por una fecha. En esta tesitura se encuentran muchas parejas en la ciudad olívica, que a la hora de fijar en sus invitaciones el día de su casamiento se han encontrado con que tendrán que esperar a finales del periodo estival para poder contraer matrimonio civil.
Y es que la agenda de bodas del Juzgado del Registro Civil tiene sus días de julio, agosto y septiembre -con una única excepción el día 24- ya completos, teniendo que decantarse con octubre como fecha más próxima. De igual modo, el mes de junio logró cubrir también su disponibilidad.
Esta sala vivió un aluvión de solicitudes hace ahora un año, cuando al término de la huelga de funcionarios judiciales que se prolongó durante tres meses, cientos de parejas acudieron hasta sus dependencias para iniciar los trámites que oficialicen su relación. Para aliviar esta cuestión, el juzgado acordó ampliar los horarios previstos para las bodas dejando sin límite el número de enlaces que pueden oficializar en una semana. Hasta el momento, el cupo era de 14 -siete el martes y otros siete el viernes; únicas jornadas en las que se celebran bodas civiles- pero ahora ya no hay una asignación cerrada los martes y es posible acoger a las parejas que lo soliciten.
Las condiciones para poder contraer matrimonio a través del Registro vigués pasan por que uno de los contrayentes esté empadronado en la ciudad, haber solicitado el expediente con tres meses de antelación a la fecha requerida y que sea "por amor". Y es que personal del juzgado advierte que los enlaces por interés siguen a la orden del día.
El año pasado fueron 830 los enlaces civiles registrados en Vigo, casi un centenar menos de los contabilizados en el periodo anterior a consecuencia también de la huelga judicial.
