No hay duda de que la peatonalización es una realidad palmaria -e in crescendo- en las grandes ciudades. Pero conforme los transeúntes le van comiendo espacio al coche, los aparcamientos se hacen todavía más necesarios para garantizar la necesaria cohabitación entre ambos. Los vigueses lo saben, y también lo han pagado. Según un reciente informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los parkings de la ciudad registraron el tercer mayor incremento de precios entre las principales capitales de España. En los últimos doce años -desde el 2007- el alza fue del 44%. Un pico notable, que triplica la subida de la cesta de la compra (14,4%) en el mismo periodo, pero insuficiente para igualar las tarifas en la ciudad con la media del resto del país.
De la foto fija tomada por la OCU en 27 ciudades y 231 garajes se desprende que la crisis ha pasado más bien de refilón para el sector. Las subidas de precios han sido una tendencia generalizada -hasta un 28%-. Aunque no se han manifestado con la misma rotundidad en todos los lugares. El crecimiento experimentado en Vigo solo lo superan Murcia, con más de un 50% de encarecimiento, y Alicante, con el 46%. Detrás se sitúan metrópolis tan considerables como Barcelona (+41%), Palma (+40), Sevilla (+40%) o Madrid (+34).
En muchas de ellas, donde caldean las discusiones sobre las restricciones de tráfico y la necesidad de imprimir una marcha más a la lucha contra la contaminación, el precio por estacionar el coche durante dos horas puede alcanzar hasta los seis euros. Márgenes que tienen poco que ver con los de la ciudad olívica. Mientras en el conjunto de España el coste de referencia por aparcar 48 minutos es de 1,78 euros, en Vigo es de 1,42.
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La situación se replica en el análisis de los plazos más dilatados. El precio para 120 minutos supone 3,41 euros para los usuarios vigueses, por los 4,16 del resto de urbes. Por último, en el caso de las estancias de cinco horas, el coste asciende a 8,32 euros en la ciudad, casi dos euros menos (10) que la media nacional.
Por otro lado, los precios de Vigo son prácticamente idénticos a los notificados por los consumidores en A Coruña, la otra urbe gallega incluida en el informe.
¿Dónde es más barato?
Para elaborar su prospección, la OCU tomó referencias de siete aparcamientos vigueses, en donde las disparidades en el cobro pueden alcanzar hasta el 40%.
Si se pone la lupa sobre los estacionamientos de 48 minutos, el más asequible resulta ser el parking de la Plaza Elíptica (0,96 euros), que sin embargo también destaca por ser el que cuenta con un tamaño de plazas más reducido. Le siguen a continuación los aparcamientos de Jenaro de la Fuente (1,13) -el mejor valorado- y el parking del Dorado (1,20). Uno y otro contrastan con el de O Berbés (1,77), Policarpo Sanz (1,65) y Progreso (1,63), que encabezan la tabla como los más costosos.
Prácticamente se repiten las mismas posiciones las tarifas de dos horas, que oscilan entre los 2,40 euros de Plaza Elíptica y los 4,12 de Policarpo Sanz, muy parejo con el garaje subterráneo de Praza Independencia (4,06). En estos dos últimos el precio por dejar el automóvil cinco horas supera la barrera de los 10 euros, cuatro por encima del precio de la Praza Elíptica (6), de nuevo en la cola como el más económico.
Pero no solo importa el bolsillo a la hora de decidir el lugar donde se echa el freno de mano. La OCU pone el foco también en los aspectos cualitativos, y denuncia, por ejemplo, que en cuatro de cada diez aparcamientos analizados apenas se ven las tarifas antes de entrar, o en los "desoladores" resultados que arroja el tamaño de las plazas: en un tercio, el espacio es más bien insuficiente. Pero Vigo se salva de la quema. Es una de las pocas ciudades, junto con Palma y Salamanca, que no se ve penalizada en las valoraciones por falta de visibilidad de sus costes.
Entre los aspectos a mejorar", Vigo también está entre las capitales cuyos parking no tienen indicador de plaza libre -las conocidas filas de luces verdes y rojas que siluetean las zonas de aparcamiento- . Por otro lado, según el informe, algo más de la mitad (57%), cuentan con plazas habilitadas para discapacitados (el doble que en A Coruña) y uno de cada tres con puntos para la recarga de vehículos eléctricos. El camino hacia el que discurre el garaje del futuro.
