Si te esfuerzas, progresas. Es el lema del American Dream, pero podría ser perfectamente extrapolable a las empresas de recadeo, que revisten sus ofertas de trabajo con una pátina de autonomía que, a juicio de las asociaciones y expertos, tiene poco respaldo real.
Para Jaime Cabeza, catedrático de Derecho de la UVigo, la huella del control de datos se resume así: "Me están controlando, por mecanismos nuevos, pero me controlan más que antes. Detrás de un algoritmo hay siempre ua corporación o una persona, el problema es identificarlo". El docente cree que los problemas con la categoría laboral de los 'riders' se remontan en realidad a la revolución neocon de los 80 en Estados Unidos, con corporaciones que para "ir delante del derecho" va a "cambiar las tácticas de prestación del servicio para que los jueces declaren que no existe contrato". "En la economía de plataformas los contratos son normalmente fraudulentos", añade. Recientemente, el Banco de España ya lanzó su aviso: " La necesidad de clarificar el estatus de los trabajadores que se encuentran en la frontera entre los asalariados y los no asalariados es cada vez más relevante". Los TRADE suponen ya un 12% en España.
Núria Soto, de la Plataforma Riders x Derechos, sostiene que "es imposible" garantizar "un buen servicio" sin el algoritmo y sin la condición de "falso autónomo". Una falla intrínseca a que, recalca, no cabe legalizar. "No necesitamos adaptar las leyes a estos modelos, sino que ellos se adapten a las leyes".
