La industria gallega recurre a los investigadores de la Escuela de Minas y Energía para el desarrollo de nuevos productos que aumenten su competitividad. Es el caso del consorcio empresarial que integra el proyecto Novec y cuyo objetivo es diseñar un sistema cerrado de condensación/evaporación para instalaciones de frío más eficientes, inocuas para el ser humano y respetuosas con el medio ambiente. Está subvencionado por la Axencia Galega de Innovación en el marco de la convocatoria Conecta Pyme de 2018 y cofinanciado con fondos Feder. Finalizará en septiembre de 2020 y su cuantía total es de 620.117 euros.

El Grupo de Tecnología Energética (GTE) colabora con las cuatro empresas del consorcio en la innovación y el desarrollo de la idea. Se trata de explorar un nuevo uso de un fluido ya comercializado -3M Novec- y que se aplica habitualmente a la protección de incendios o la refrigeración de sistemas electrónicos a muy baja temperatura.

"A 30 grados centígrados ya se evapora y se utiliza para enfriar equipos a muy baja temperatura. No es conductor eléctrico, de forma que se puede aplicar en caso de fuego sin dañar los circuitos. Si sumerges un ordenador en el fluido seguiría funcionando", apunta David Patiño, investigador del GTE, que reúne a profesores de las escuelas viguesas de Industriales y de Minas y Energía.

"Estudiamos su uso para sistemas de refrigeración en los que el propio fluido mejore la transformación del calor y la eficiencia de todo el proceso. Se eliminan las torres de refrigeración que expulsan el calor porque se trata de un ciclo cerrado y, por tanto, ya no existiría el riesgo de proliferación de la bacteria Legionella. Además al reducir el tamaño del sistema también se recorta su coste", destaca el experto.

Las empresas socias del proyecto son Integasa, referente en el ámbito del intercambio térmico con sede en Mos; Gimat, instaladora de soluciones de frío industrial, también ubicada en Mos; la firma viguesa Dosmasdos, que desarrolla sensores para el ámbito energético; y la coruñesa ATI Sistemas, que trabaja en el ámbito de la regulación y el control eléctrico.

"Otra de las innovaciones del proyecto es que vamos a intentar que el fluido se evapore mientras realiza el proceso de refrigeración y circule por sí mismo a través de las tuberías para poder prescindir de máquinas que lo muevan. Esto generaría un importante ahorro energético", destaca Patiño.

Las primeras fases del proyecto se desarrollan en el laboratorio para poder escalar después las soluciones a distintos sistemas industriales.