El bum del alquiler refuerza el peso de Vigo en el mercado inmobiliario de la comarca. El interés cada vez mayor de los inversores en adquirir apartamentos para reformarlos y arrendarlos, aprovechando el alza de precios, hace que la proporción de operaciones de compraventa que se cierran en la ciudad sobre el conjunto del área crezca poco a poco. Si en 2009 se firmaban en Vigo poco más de la mitad de las transacciones de casas de la conurbación, hoy ese porcentaje se ha disparado hasta el 69%. De las 799 operaciones contabilizadas por Fomento entre enero y marzo, 548 se hicieron en Vigo.
El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, apunta que esa tendencia se explica en gran medida por el "auge" del mercado del alquiler. Quien tiene dinero para adquirir una casa opta por invertirlo en la compra y reforma de un piso ya usado, arrendarlo y beneficiarse del alza de precios. Según los datos que maneja el propio sector, desde 2009 los alquileres en Vigo se han encarecido entre un 20 y 25%, repunte que se concentró sobre todo en los últimos años. Iglesias explica que los compradores no son solo grandes inversores. A Vigo llegan interesados por el atractivo de su mercado inmobiliario pequeños ahorradores que quieren sacar rentabilidad a su dinero de una forma rápida y segura.
Cuando se plantean hacerse con una propiedad en la ciudad los compradores se encuentran sin embargo con que la vivienda nueva, a estrenar, es muy escasa. "No la hay, llevamos tiempo reduciendo el stock porque no se ha construido en los últimos años", señala el presidente de Fegein. Los últimos datos publicados por Fomento muestran de hecho que al cierre de 2017 en la provincia de Pontevedra había algo menos de 8.100 viviendas nuevas sin vender, el 1,63% del parque. Además de escaso, el stock es también menguante. Un año antes, en 2016, superaba las 8.600 propiedades, con lo que su número se redujo un 6,42% en solo un año.
¿La solución? Comprar apartamentos y chalets de segunda mano. De las 548 operaciones de compraventa de vivienda que se registraron entre enero y marzo en Vigo, 506, más del 90%, fueron con propiedades usadas de por medio. Durante los tres primeros meses del año apenas se cerraron 42 ventas de construcciones a estrenar.
El escenario es muy distinto al que registraba Vigo durante el bum del ladrillo. A lo largo del primer trimestre de 2006, por ejemplo, se cerraron más ventas de pisos nuevos que de segunda mano. Fomento registró 468 operaciones del primer tipo, frente a 374 del segundo. Entonces el sector de la construcción trabajaba a buen ritmo y el stock del mercado inmobiliario era bastante superior. En 2011, por ejemplo, en plena recesión económica, en Pontevedra había 11.387 viviendas nuevas que todavía no se habían vendido.
El auge del alquiler no solo se nota en los balances de compraventa. Inquilinos y agencias constatan también un endurecimiento de las condiciones que se impone para arrendar: seguros de impago renovables todos los años, depósitos, avales, subidas notables de precios cuando expira el período pactado en el contrato, cobro del IBI... exigencias que recaen sobre el arrendatario de la propiedad.
A pesar de ese escenario y de la escasez de apartamentos nuevos, quienes trabajan en Vigo siguen resistiéndose a vivir en municipios de la comarca. El año pasado se cerraron en la ciudad 2.451 operaciones de compraventa, muy por encima de las anotadas en las restantes 13 localidades que conforman el área metropolitana olívica. En segundo puesto está Cangas, con 188; en tercero Porriño, con 147; y en cuarto, empatados con 133 transacciones, Nigrán y Redondela.
Los datos de Fomento y el INE constatan también la mejora del mercado inmobiliario en Galicia. "Hay una recuperación sostenida y sólida", señala Iglesias, quien circunscribe ese escenario a A Coruña, Pontevedra y el norte de Lugo.
