Hay mucha mercancía en juego como para perderla por falta de instalaciones. Así de encendidas están las alarmas en la Autoridad Portuaria que contagiada por la preocupación de la naviera que explota la ruta Tánger-Vigo, Suardiaz, ha dado esta semana pasos importantes de cara a cumplir con la condición que impone Sanidad Exterior, la construcción de un Puesto de Inspección Fronteriza (PIF), para autorizar la importación de productores de terceros países por la terminal de vehículos de Bouzas. Aunque por mucho que quiera acelerar la tramitación del proyecto no estaría concluido antes de un año, como muy pronto, demasiado para que la armadora logre retener a ese grupo de clientes dispuestos a llenar sus barcos de pesca procedente de Marruecos. Consciente de este riesgo, el presidente Enrique López Veiga planteará al departamento ministerial que como "medida transitoria" mientras duren las obras permita el desembarque de esta clase de carga en los muelles boucenses para su traslado en camión hasta Guixar donde se inspeccionaría en el único PIF que funciona en terreno portuario.
Esta vez el presidente parece confiado en obtener una respuesta favorable de la subdirección general de Sanidad Exterior a pesar de que esgrimirá como principal argumento el mismo que cuando hace un año intercedió por Suardiaz para que le permitiera descargar estas mercancías perecederas en Bouzas. Que pusiera el ejemplo de Barcelona, donde el ministerio sí autoriza esa operativa en muelles sin PIF, no le valió de nada, algo que López Veiga se resiste a admitir, pero ahora apunta otra diferencia: "Solo queremos más flexibilidad porque ya no pedimos un permiso para siempre sino solo durante el tiempo que duren las obras", razona.
Para demostrar al ministerio su firme compromiso con esta obra quiere adjuntar al escrito donde formulará esa "medida transitoria" el anteproyecto del PIF de Bouzas. Adjudicado en 12.800 euros a SGS, esta empresa especializada dispone de mes y medio para cerrar la propuesta con las características y presupuesto de la futura nave.
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Los representantes de esta consultora ya celebraron la primera reunión técnica con el resto de las partes implicadas -Puerto y Suardiaz- para recabar esos aspectos que deberán tener en cuenta a la hora de configurar el anteproyecto. Entre otros, la tipología de la carga importada y la estimación de número de contenedores a inspeccionar. Por lo hablado en este encuentro, ese segundo PIF sería de una dimensión muy reducida, de solo dos bocas (el de Guixar tiene ocho), "suficientes", según el presidente.
Este puesto inspector funcionaría como una "delegación" del de Guixar y con personal desplazado desde aquí. En cuanto a dónde se construirá, el Puerto ya tiene reservado un emplazamiento dentro de la terminal Ro-Ro, una franja de terreno pegada a la verja perimetral de la gigantesca explanada. Ahora usada como aparcamiento de Semirremolques (SR), en la elección de esta zona pesó el hecho de que se localizara cerca de sede operativa del Grupo Suardiaz y de la rampa móvil que emplean los barcos de esta naviera en la autopista del mar Vigo-Francia. A esta conexión nació vinculada como extensión al sur de la ruta a Tánger que la naviera además de coches busca rentabilizar con la entrada de carga perecedera, como pulpo, fruta y hortalizas. Ya tiene acuerdos negociados con importadores, solo que Sanidad exige PIF en el muelle.
