Los ingresos de la Universidad de Vigo por transferir su conocimiento al tejido socioeconómico local y foráneo cayeron en 2 millones de euros entre 2016 y 2018. Durante el año pasado, los contratos con empresas redujeron su cuantía en 1,2 millones de euros respecto al anterior y los firmados con la Administración pública descendieron un 72,2%.
El número de actividades realizadas por los investigadores en 2018 -contratos, cursos e informes- fue mayor, se incrementó de 620 a 681, sin embargo, el importe recibido por ellas resultó menor. Y, como resultado, la institución facturó 4,2 millones de euros frente a los 5,1 del año anterior.
La cifra es la más baja registrada desde 2014, aunque próxima a la de 2015 -4,7 millones-. Según los datos publicados en el portal de transparencia de la Universidad, los mayores ingresos durante este periodo se alcanzaron en 2016, un total de 6,4 millones.
Este descenso contrasta con el aumento de los fondos captados a través de las convocatorias competitivas para proyectos de investigación. La UVigo ingresó 7,2 millones de euros más desde 2012 hasta 2017.
En cuanto a la facturación por transferencia de I+D, el mayor volumen procede de las actividades con empresas -3,3 millones de euros-, seguidas de la Administración Pública -456.216 euros- y las fundaciones y asociaciones -415.340 euros-.
Y por ámbitos geográficos, la mayoría de relaciones contractuales establecidas por la UVigo tienen lugar dentro de la comunidad gallega, donde los ingresos alcanzan los 2,5 millones de euros.
Del resto de España llegan a las arcas olívicas 1,2 millones de euros, de otros países europeos proceden 284.000 euros y de fuera de la UE, casi 159.000 euros.
Respecto a las diferentes ramas de conocimiento, la tecnológica es la que registra la mayor facturación por transferencia -2,4 millones de euros-, seguida de la científica -1,1 millones-. En el ámbito jurídico-social se recaudaron 641.000 euros por contratos e informes y en el humanístico, 50.107.
Los datos también reflejan una brecha de género en transferencia, pues se contabilizan 114 expertos responsables de las actividades desarrolladas frente a solo 40 mujeres.
En el caso de la facturación realizada por los centros de investigación de la Universidad -Cacti, Cinbio y Ecimat- ascendió en su conjunto a 406.611 euros, un 9,6% sobre el total de 2018.
La del Cacti (Centro de Apoyo Científico y Tecnológico a la Investigación), que tiene como principales clientes a los propios grupos de la UVigo, se redujo respecto al año anterior, pero los otros dos centros multiplicaron sus ingresos.
El Centro de Investigaciones Biomédicas ingresó 34.396 euros frente a los 7.660 del año anterior -el 44% procedentes de la propia institución- y la Estación de Ciencias Marinas de Toralla pasó de 7.147 a 21.000 euros, siendo también el 62% de la facturación de carácter interno.
En 2018, la Universidad de Vigo sumaba 232 patentes nacionales activas, 14 más que el año anterior, solicitó otras 14 -9 de ellas internacionales-, y le fueron concedidas 15.
Además, se registraron 5 software desarrollados por investigadores de la institución y se crearon 3 start-ups.
