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El Puerto reserva la nave contigua a la de Casa Pepe para servicios de la terminal de cruceros

Deniega la solicitud de la empresa para expandir en más de 1.000 m2 sus instalaciones

Las únicas naves que quedan vacías en la Estación Marítima continuarán así hasta que no haya un proyecto claro pero cualquiera que se decida impulsar en el futuro debería estar vinculado con la actividad crucerística. Para este uso, principalmente, reserva la Autoridad Portuaria una edificación que en los últimos meses ha despertado el interés de varias empresas, empezando por la que tiene su sede contigua: Casa Pepe.

Esta histórica firma de avituallamiento de buques consiguió retener, por sentencia judicial, la concesión sobre una nave que el Puerto se propuso rescatar hace una década para dedicarla al tránsito o servicios de cruceristas, y espacios de ocio. En aquella ocasión no lo consiguió y ahora la institución presidida por Enrique López Veiga tampoco está dispuesta a dar facilidades a la empresa en su intento de expandirse en este ámbito.

La escenificación de esta postura se produjo en el último Consejo de Administración celebrado el viernes de la semana pasada. Entre sus puntos del orden del día figuraba la solicitud formulada por Casa Pepe S.L. de una concesión administrativa de 1.250 m2 situados en el lado Este de la nave industrial situada en el muelle de trasatlánticos "con destino a aprovisionamiento de buques". Como esta cuestión figuraba con la propuesta de archivarla, el asunto se despachó de manera muy breve con el argumento de que "el Plan Especial no lo permite".

Este planeamiento -el equivalente al municipal PXOM- solo autoriza destinar el resto del ámbito edificado en el extremo del muelle orientado hacia A Guía a lo mismo que proyectaba Praza da Estrela hace diez años para los 1.477 m2 que disfruta en régimen de concesión administrativa Casa Pepe. En concreto, según la ficha urbanística del Plan Especial, "para servicios portuarios generales y proyectos de interacción puerto-ciudad".

Y a esto se aferró la argumentación portuaria al rechazar la petición empresarial. "Entendemos que está donde está por sentencia judicial, pero lo que pide para la ampliación de sus instalaciones no puede ser porque una actividad de avituallamiento no necesita desarrollarse necesariamente dentro del ámbito portuario", justificó ayer el presidente.

Es más, Enrique López Veiga considera que el procedimiento "normal" a seguir por parte de la institución portuaria sería que al expirar el plazo de concesión de Casa Pepe -calcula que todavía le faltan más de seis años- fuese recuperada para destinarla a los mencionados usos. Usos que, avanza, se mantendrán "invariables" al menos en el entorno de la Estación Marítima en el nuevo Plan Especial, ya en fase de elaboración por la consultora adjudicataria, Iceacsa.

Entretanto el Puerto sigue valorando qué se puede hacer en las naves vacías, aunque sin prisas ni preocupado porque estos espacios continúen así de improductivos para sus arcas. Y no ha sido por falta de ideas. En los últimos meses ha mantenido varias reuniones, algunas con estudios de arquitectura que le plantearon sugerentes proyectos para estas edificaciones con los usos determinados en el mencionado Especial. Sin embargo, nada de lo expuesto en estas citas convenció a la cúpula de Praza da Estrela. "Estamos dándole vueltas pero la prioridad número uno son las actividades o servicios relacionados con los trasatlánticos", recalca Veiga.

¿Cuatro colosos a la vez?

Desde el año pasado que tiene en mente la intención de hacer profundos cambios en la terminal de trasatlánticos, y no solo estéticos, también funcionales. La concesión otorgada en la Estación Marítima a un segundo operador de buques de pasajeros, Atlantic Vigo Cruise, se enmarca dentro de un plan de acción con el que se propone remontar el tráfico de estos colosos que irá complementándose con otras medidas ya encargadas a técnicos de la casa. Entre las importantes, una "solución técnica" para que en Vigo puedan atracar a la vez cuatro de los mayores trasatlánticos del mundo.

En la actualidad, la terminal de la Estación Marítima y el muelle de Comercio ofrecen en conjunto línea suficiente para tres cruceros del tamaño del Harmony of the Seas, de 362 metros de eslora. Para sumar un cuarto de esta envergadura, la opción más probable pasaría por una ampliación de alguno de los dos malecones. De momento, el presidente prefiere guarda silencio sobre los detalles de esta iniciativa a la espera de la propuesta de los ingenieros.

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