El ejercicio físico es una herramienta fundamental en la deshabituación tabáquica. Esta es la principal conclusión del proyecto de investigación que realizaron las enfermeras residentes de Atención Familiar, Sara Macías y Nadia Rodríguez, en los centros de salud de Pintor Colmeiro y Val Miñor. Es uno de los trabajos galardonados en los III Premios de Investigación para residentes del área.

Estudiaron a un grupo de 35 pacientes, con una media de 57 años. De los 14 que completaron las ocho sesiones del programa, 13 lograron abandonar el hábito. En el taller se combina formación sobre pautas de vida saludable con actividades grupales de ejercicio ligero como caminatas. Estuvo diseñado en colaboración con el médico de familia Julio Castañal.

Concluyeron que el ejercicio físico reduce el deseo de fumar y mejora el síntoma de abstinencia. Además, produce un efecto protector contra algunas de las principales enfermedades de los grandes fumadores.