Cuarenta y ocho horas después de la debacle del PP de Vigo en las elecciones municipales, su candidata y presidenta local, Elena Muñoz, volvió a reconocer que los resultados quedaron muy lejos "de lo mínimamente exigible" y pidió una semana para analizar lo ocurrido mientras miembros destacados del partido ven necesario cambios urgentes en la formación con la vista puesta en las autonómicas del próximo año. "Feijóo podría perder la Xunta si se repiten unos resultados así en Vigo", advierten para defender que "hay que darle una vuelta al partido".

De cara a la galería, la mayoría cierra filas en torno a una líder que parece tener los días contados y también desde la dirección provincial se asegura que están "analizando la situación con la candidata para ver qué pasos se pueden dar". Pocos creen, sin embargo, que Muñoz pueda seguir al mando tras el desenlace del 26-M.

La propia Muñoz admitió de nuevo ayer, a través de unas declaraciones distribuidas a los medios, que "el resultado es evidentemente muy malo, nos hemos quedado muy lejos del resultado mínimamente exigible" . "Tenemos que actuar con pasos firmes y seguros, sin improvisaciones y analizar esos factores que nos han hecho llegar a este resultado", constató para acto seguido admitir que "hace falta cambiar muchas cosas". "Necesitamos un PP fuerte", admitió Muñoz, valoración con la que coinciden los dirigentes consultados.

La solución, en todo caso, no parece fácil ya que Muñoz además de candidata es presidenta del PP vigués y su salida forzaría la creación de una gestora hasta la celebración del congreso para renovar los cargos. Otra de las alternativas, que sería dejar paso en la portavocía del grupo municipal a otro integrante de la lista tampoco se aventura fácil dado el bajo perfil político de los puestos de salida. "No veo una lista potente desde el punto de vista político", aseveró el histórico Carlos Mantilla, que propuso hace tiempo que fuesen en ella "personas con la capacidad de ser la cabeza visible para poder presentar dentro de cuatro años a un candidato con ciertas garantías de éxito". "Elena no debe seguir", dijo.

"No se puede de la noche a la mañana esperar a que venga otro y lo arregle", admitía el presidente del Puerto, Enrique López Veiga, que aboga por la "sensatez" y evitar una crisis que parece inevitable. "Hay que escapar de las degollinas y los chivos expiatorios", advirtió, López Veiga. "No lo ha tenido fácil, tenemos que solucionar lo que sea entre todos", subraya.

"No es momento de paños calientes ni para la reflexión", aseveraba por su parte el exalcalde Manuel Pérez. "No todo es culpa de la candidata pero algo se ha hecho mal cuando se ha bajado de 13 a 7 y de 7 a 4", añadió Pérez, partidario de una "catarsis" en la formación.

Cree necesario "aunar todas las tendencias" internas y crear una estructura firme, "un equipo", algo que a juicio de algunos dirigentes no se ha hecho. El resultado del pasado domingo no ha sido una sorpresa para casi nadie, por muchos factores y no solo atribuibles a sus responsables locales."No será fácil recuperar la ilusión, pero la culpa aquí no es exclusiva del partido en Vigo", advierten.

Uno de los portavoces del sector crítico, Roberto Lagoa, permanece "a la espera de que la dirección local y la gallega muevan ficha". El que fue uno de los valedores del exconselleiro Javier Guerra, que disputó el liderazgo del partido a la ahora presidenta, considera que ya tenían que haberse producido dimisiones.