El ambiente festivo que caracterizó toda la campaña electoral de Abel Caballero se trasladó, como no podía ser de otro modo, al hotel Bahía, la sede elegida por el PSOE para celebrar sus éxitos. Tras el cierre de los colegios electorales, poco a poco fueron apareciendo militantes, simpatizantes y caras conocidas del partido que, reunidos en corrillos, hacían sus apuestas sobre cuál sería el número definitivo de concejales conseguido tras revalidar una holgada mayoría absolutarevalidar una holgada mayoría absoluta. La segunda de Caballero y la que le permitirá superar, por primera vez en 40 años de democracia, el récord de 12 años de Manoel Soto.

En sus rostros se reflejaba el cansancio de la larga jornada de votaciones pero también mucha alegría. Todos querían ver al protagonista de la noche, abrazarle y hacerse una foto con él. Pese a que no se esperaban datos oficiales hasta bien entrada la noche, nadie quería ser el último en sumarse a una gran fiesta en la que la única incertidumbre era confirmar cuántos concejales a mayores conseguía el PSOE, que ya logró batir los registros en 2015 al sumar 17 de los 27 en liza. Ayer, sumó tres más a aquel resultado histórico y el escenario reservado para el discurso del ganador en la tercera planta del Bahía se quedó pequeño para acoger a Caballero y a sus 19 concejales electos.

Muchos aplausos y el himno socialista recibieron al alcalde, que entró en la sala cuando el escrutinio superaba ya el 98 por ciento y se habían contabilizado casi 100.000 votos para su candidatura. Al Bahía había llegado casi dos horas antes, pasadas las diez, para seguir en una sala diferente el recuento. A su alrededor, casi tantos periodistas y cámaras como simpatizantes que también elevaban sus teléfonos para inmortalizar el momento y durante casi cuatro minutos de un largo aplauso, Caballero no dejó de hacer el signo de victoria con los dos brazos en alto.

Las palmas siguieron interrumpiendo su discurso casi a cada frase y los asistentes se arrancaron con unos espontáneos "Viva Vigo", "Viva el alcalde", "Viva Carmela" y también un "Viva Cristina" dedicado a la mujer del alcalde. Precisamente ella, Carmela Silva y Elena Espinosa fueron las que se mostraron más emocionadas y al bajarse del escenario todos fueron recibidos por abrazos. A partir de ahí, música festiva y pinchos para poner el broche final a una jornada histórica.